Bogotá (Miércoles, 13-11-2013, Gaudium Press) El Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia dirigió una comunicación al Congreso de la República donde señaló la grave preocupación de la Iglesia sobre las falencias del sistema de salud vigente en el país. El purpurado recordó a los legisladores aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia como guía para una reforma integral que debe proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá, Colombia. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
Con el fin de «brindar a los Senadores y Representantes, especialmente a aquellos que profesan la religión católica, materia de reflexión ética y moral sobre la delicada responsabilidad que ahora les concierne», el Cardenal hizo una lista de nueve fallas del sistema actual de salud colombiano, en la cual se destacan la falta de acceso sobre todo en las áreas rurales, el mal estado de muchas instalaciones, los difíciles trámites y obstáculos para acceder a los tratamientos y el desvío de dineros hacia intereses particulares.
El Arzobispo también alertó sobre la negativa influencia de intereses políticos corruptos en el manejo de la salud, una concepción mercantilista de los servicios y «la promoción, con dineros públicos y el apoyo de organismos internacionales, de una mentalidad abortista y eutanásica contraria a la dignidad humana, a los valores del pueblo colombiano y a los principios legales de nuestro ordenamiento».
El bienestar integral de la persona, centro del sistema de salud
Ante esta situación y en nombre de los Obispos del país, el Cardenal pidió a los legisladores que se «lleve a cabo una reforma sanitaria integral, que logre erradicar las causas profundas de la crisis del sistema vigente y permita una mejora sustancial de la prestación de los servicios sanitarios». Como una guía en este proceso, el purpurado ofreció, «en pleno respeto de su independencia y autonomía», varias consideraciones sobre el tema.
La primera recomendación del Cardenal Salazar fue redefinir las estructuras y procedimientos para «reflejar un profundo cambio de mentalidad ética que ponga el bien de la persona humana, del paciente, por encima de cualquier otro interés legítimo», el cual incluye el bienestar emocional y espiritual de la persona. También recordó la obligación del Estado de garantizar los derechos y no reducir la salud a «un negocio sometido a las leyes de la oferta y de la demanda».
El purpurado hizo un llamado por la equidad en la prestación del servicio a todos los ciudadanos, el fomento de la prevención, la vigilancia sobre los precios de medicamento y la formación de los profesionales. «Sólo un personal capacitado, no sólo en el campo técnico, sino también ético y moral podrá tomar conciencia de la dignidad humana del paciente», explicó el Cardenal, «buscando los medios más adecuados para hacer frente a sus necesidades materiales y espirituales».
«Por último, los Obispos de Colombia rechazamos enérgicamente cualquier tentativo de favorecer la injusta práctica del aborto o de cualquier otra disposición que viole el inalienable derecho a la vida, desde la concepción hasta su fin natural», declaró el Arzobispo.
El Cardenal Salazar agradeció a los legisladores atender a este llamamiento y encomendó su actividad legislativa a Dios, «de modo que sus resultados puedan responder al anhelo de justicia y de equidad del pueblo colombiano».
Con información de Radio Santa Fe.
Deje su Comentario