Manila (Miércoles, 13-11-2013, Gaudium Press) «Ninguna calamidad o devastación natural puede apagar el fuego de nuestra esperanza», afirmó el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) y Arzobispo de Cebú, Mons. José Palma, ante el trágico balance del paso del tifón Yolanda (Haiyan). Si bien el fenómeno natural es el más fuerte de los últimos años, la fe de los filipinos en Dios «es más fuerte todavía», señaló el prelado.
Mons. José Palma, Arzobispo de Cebú, Filipinas. Foto: Chester Lim |
Mons. Palma hizo un llamado para volver la mirada a Dios «en este momento de calamidad nacional», de la misma manera como el pueblo filipino lo ha hecho «en los últimos cuatrocientos años» tras conocer a Cristo. Por este motivo, los Obispos de Filipinas convocaron a una Novena de Oración y Caridad, que comenzó el pasado 11 de noviembre y se extenderá hasta el día 19, para apoyar a los miles de damnificados por el desastre.
Según el Presidente de la CBCP, todas las Eucaristías se celebrarán por los fallecidos y sus familias y se ha solicitado a las Diócesis y parroquias del país que adelanten una colecta de emergencia durante esta misma semana para poder transferir fondos a los Obispos de las regiones más afectadas por el desastre.
La fe y el amor surgen de las ruinas
Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila. Foto: Puyat Tuason. |
Por su parte, el Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, ofreció un mensaje de esperanza en una entrevista concedida a Radio Vaticana. «Vemos destrucción, ruinas por doquier, pero vemos también fe y amor surgiendo de estas ruinas, y esto nos hace personas más fuertes», comentó el purpurado. «Quiero agradecer a todos: al Santo Padre, a las madres y a las hermanas fuera del país, porque se acordaron de nosotros y porque tratan de hacer lo posible para venir a ayudarnos. En nombre de las víctimas y de los pobres, les agradecemos, ¡verdaderamente!».
El Cardenal Tagle relató que quedó muy impactado por la magnitud de los destrozos. «Nosotros, que estamos aquí en Manila, y en las zonas que no fueron afectadas tan gravemente como otras, al ver las imágenes nos quedamos sin palabras y no puedo imaginar lo que está pasando por las mentes y los corazones de los que se encuentran allí», expresó. «Me siento profundamente consolado al ver y escuchar testimonios de fe, sobre todo por parte de las mismas víctimas».
El Arzobispo señaló que las Diócesis afectadas dependen en este momento de la ayuda externa que pueda ofrecérseles y agradeció especialmente la iniciativa de numerosos laicos católicos que han aportado en beneficio de los damnificados. También recordó que el país sufrió muy recientemente un terremoto en su región central, pero destacó la fe del pueblo filipino que le permitirá reponerse, fortalecido tras las tragedias.
Con información de CBCP News y Radio Vaticano.
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