sábado, 23 de noviembre de 2024
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Cardenal Rouco Varela inaugura Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

Madrid (Lunes, 18-11-2013, Gaudium Press) El Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Antonio María Rouco Varela inauguró la CII reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en su sede la calle Añastro de Madrid. Terminadas las palabras del Cardenal intervino el Nuncio Apostólico en España, Mons. D. Renzo Fratini.

En su alocución, el Cardenal Arzobispo de Madrid señaló que «en esta Asamblea se nos ofrece una buena ocasión para hacer un cierto balance de nuestra labor como maestros y testigos cualificados de la fe en nuestras diócesis, o «Iglesias particulares», y también en el conjunto de la Iglesia que camina en España, o «Iglesia local», procurando, no obstante, como siempre hemos hecho, no caer en localismos estrechos, sino abiertos, con auténtico espíritu católico, a una mirada universal. Podemos hacer nuestro balance a la luz de la carta apostólica Porta fidei, de Benedicto XVI, por la que convocó el Año de la fe el 13 de octubre de 2011, y también de la primera encíclica del papa Francisco, Lumen fidei, del pasado 29 de junio. El balance, si no quiere ser engañoso, sino auténtico y verdadero, habría de adoptar la forma de un examen de conciencia acerca de si hemos respondido y cómo lo hemos hecho a la exigencia capital planteada por Benedicto XVI en la mencionada carta apostólica: si lo hemos hecho y cómo en nuestras Iglesias particulares; y si lo hemos hecho y cómo en nuestra Iglesia local, unidos en afecto colegial en la Conferencia Episcopal Española, en comunión jerárquica con el sucesor de Pedro. Se trata de la exigencia de «redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo»».

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Con mucho criterio el Presidente de la Conferencia señaló que: «El Año de la fe solo cumplirá sus objetivos si nos ha ayudado a todos a despertar nuestra conciencia acerca de la magnitud del reto planteado por la crisis de la fe en tantas personas; una crisis que nos afecta también a nosotros -pastores, consagrados y laicos- cuando vivimos inmersos en la «mundanidad espiritual», según denuncia con frecuencia el papa Francisco, proponiendo la necesidad de una «conversión pastoral»».

Citando al Pontífice, Mons. Rouco Varela expresó que «el papa Francisco habla con frecuencia de la memoria del Pueblo de Dios y de cada creyente, como elemento fundamental del camino de la fe. También lo hace en Lumen fidei, cuando denuncia el contexto moderno en el que la fe se ve desplazada por la «verdad tecnológica» o por la «verdad del sentimiento». Quien se encierra en las solas posibilidades de la ciencia aplicable en la técnica (cientismos) o en las percepciones subjetivas excluyentes de un horizonte de verdad objetiva (relativismos), en realidad está sufriendo un «gran olvido», padece falta de «memoria profunda» acerca de lo que nos precede: del origen trascendente de todo y del sentido del camino común hacia la meta11. Es el olvido de Dios, de la escucha de su Palabra y del deseo de ver su Rostro».

El Presidente de los Obispos españoles se refirió a las recientes beatificaciones de los mártires de la persecución religiosa en España: «Sí, los santos y beatos mártires del siglo XX son los grandes testigos de la fe en nuestro tiempo: los veneramos de modo especial al concluir el Año de la fe. Confiamos en que su memoria y su culto vayan convirtiéndose poco a poco en una referencia normal y habitual en la obra de la evangelización del tercer milenio, en la que nuestras Iglesias particulares, y toda la Iglesia que peregrina en España, se encuentran empeñadas, bajo la guía de los papas. La «cultura de la muerte», que ensombrece los grandes logros del mundo moderno, ha de ser iluminada por la luz de la fe. Ha de ser alumbrada una esperanza más fuerte que la muerte. Las ideologías inmanentistas del siglo XX sofocaron esa esperanza y sembraron Europa y el mundo entero de millones de víctimas y de mártires. Son ideologías que no han cedido todavía el paso a un verdadero humanismo. Será muy valiosa la intercesión de los mártires. En comunión con ellos, avanzará la nueva evangelización».

Palpando la realidad actual, el Cardenal Rouco, como era esperable, pasó revista a varios problemas que afectan a la Iglesia que peregrina en España: «La crisis económica que padece España, en el contexto de una crisis europea y mundial, a pesar de que se atisben algunas señales del comienzo de la recuperación, exige todavía un esfuerzo continuado y generoso. Es necesario reducir sustancialmente el paro, en particular el que sufren tantos jóvenes, que incluso no han podido acceder nunca a un puesto de trabajo. Este esfuerzo demanda una conversión moral de todos los agentes sociales, que ha de manifestarse no solo en unos comportamientos respetuosos de las exigencias fundamentales de la justicia y de la solidaridad, sino, además, en actitudes de generosidad desprendida en favor del prójimo. Es lo que Benedicto XVI llama en su encíclica Caritas in veritate, la actitud de la «gratuidad»».

La institución de la familia y la unidad de España fueron temas abordados por el Purpurado español: «Nos preocupa también que la unión fraterna entre todos los ciudadanos de las distintas comunidades y territorios de España, con muchos siglos de historia común, pudiera llegar a romperse». «Sigue viva -continuó el Cardenal Arzobispo- también la preocupación por el presente y futuro del matrimonio y de la familia. Sus problemas siguen siendo muy graves y de honda repercusión para el conjunto de la sociedad. Es verdad que las leyes no son ni pueden ser la única ni tal vez la principal solución de estos problemas. Pero las leyes injustas contribuyen mucho al agravamiento de los problemas. Reiteramos una vez más la necesidad de leyes reconocedoras y protectoras del matrimonio y de la familia».

La persecución religiosa en varias partes del mundo, las catástrofes de Filipinas y las victimas del terrorismo en España también fueron objeto de mención en el Discurso inaugural del Cardenal Rouco Varela. «Nos preocupa también que las heridas causadas por el terrorismo a tantas víctimas y a la sociedad entera no se curen por el camino del arrepentimiento, del propósito de la enmienda y de la satisfacción de las víctimas. Es decir, que no se curen en su raíz por el camino del perdón y de la misericordia buscada, aceptada y concedida de corazón», afirmó D. Antonio María Rouco.

Mons. Renzo Fratini, Nuncio Apostólico en España dirigió un breve saludo en el cual recordó a los obispos las palabras del Papa Francisco:»Los Obispos han de ser Pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza…simplicidad y austeridad de vida… Hombres capaces de estar velando sobre el rebaño que les ha sido confiado y cuidando todo aquello que lo mantiene unido…Hombres capaces de sostener con amor y paciencia los pasos de Dios en su pueblo».

Desarrollo de la Asamblea

El próximo miércoles 20, los obispos elegirán el nuevo Secretario General de la CEE para el quinquenio 2013-2018. El Obispo auxiliar de Madrid D. Juan Antonio Martínez Camino, elegido en 2003 y reelegido en 2008, ha desempeñado el cargo durante dos quinquenios consecutivos y, por lo tanto, no puede ser reelegido. En la tarde del martes 19, la Comisión Permanente se reunirá para proponer candidatos a la Plenaria.

Según la Oficina de Información de la Conferencia los obispos españoles estudiarán, para su posible aprobación, el documento ‘Normas básicas para la formación de los diáconos permanentes en las diócesis españolas’, presentado por la Comisión Episcopal del Clero. Se trata de una actualización de las Normas Básicas que fueron aprobadas en enero de 2000, por un sexenio, y que es necesario renovar, teniendo en cuenta las sugerencias dadas por la Congregación para la Educación católica.

Asimismo, se va a proceder a la posible modificación del actual Reglamento sobre las Fundaciones canónicas docentes para ampliarlo a las socio-sanitarias, asistenciales y otras, y a la constitución en la Conferencia Episcopal Española de un único Consejo de Fundaciones para todas ellas.

Por último, la Comisión Episcopal de Liturgia traerá a la Asamblea una petición para que la advocación de Santa María de la Merced vuelva a figurar en el Calendario Litúrgico Español; presentará para su aprobación la traducción al español de unas especiales Letanías de Nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote y Víctima, y del Santísimo Sacramento: y, también para su aprobación, presentará la Traducción de una modificación en el Ritual del Bautismo.

Como es habitual en la Plenaria de noviembre, se estudiarán y aprobarán, si procede, los balances y liquidación presupuestaria del año 2013, los criterios de constitución y distribución del Fondo Común Interdiocesano para el año 2014 y los presupuestos de la CEE y de los organismos que de ella dependen.

La Plenaria tratará también diversos asuntos de seguimiento, repasará las actividades de las distintas Comisiones Episcopales y procederá a la aprobación de distintas Asociaciones Nacionales.

Gaudium Press / José Alberto Rugeles

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