jueves, 26 de diciembre de 2024
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"Acostumbrados a comer el pan sucio de la deshonestidad y corrupción"

Maringá (Miércoles, 20-11-2013, Gaudium Press) «Niños y jóvenes que reciben pan sucio de los padres» es el tema del más reciente artículo de Mons. Anuar Battisti, Arzobispo de Maringá, en el estado de Paraná, Brasil.
Mons. Anuar recordó que, la semana pasada, durante la Santa Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco denunció el peligro de lo mundano y rezó por los jóvenes que reciben de sus padres bienes provenientes de sobornos y corrupción, continuando «hambrientos de dignidad».

1.jpgSegún el prelado, el Santo Padre condenó el peligro de vivir conforme «los valores del mundo», con un estilo de vida «que es tan agradable al diablo». «Lo mundano es el enemigo». A partir del Evangelio sobre la parábola del administrador deshonesto, resaltó que por causa de este espíritu del mundo, el alma humana está contaminada al punto de los padres transmitir a los hijos «suciedad» y «corrupción», en vez de hacer el bien.

En la ocasión, el Pontífice dijo también: «jóvenes llenos de regalos caros, que frecuentan ambientes sofisticados, sin saber que esto es resultado de soborno y prácticas deshonestas. Reciben continuamente ese pan sucio, esos niños y niñas tienen hambre, hambre de dignidad, pues el trabajo deshonesto saca la dignidad. No todos son así. Muchos son aquellos que, a veces, dejan contaminar el alma y el corazón por la actitud del camino más corto, más cómodo para ganarse la vida. Dios nos mandó traer el pan a casa con nuestro trabajo honesto. Soborno y corrupción son pecados graves».

«Pero eso, en la consciencia general, es conocido. Lo que se subestima es que esos pecados son como drogas, porque, tal vez comience con un pequeño soborno, y eso crea una dependencia que lleva al abuso y a la muerte de la dignidad y del alma. Incluso el administrador del Evangelio, representante de muchos administradores mencionados arriba, trajo a casa el pan», agregó el Papa, en la época.

De acuerdo con el Santo Padre «el propio Cristo nos exhorta a ser ‘astutos como las serpientes pero simples como las palomas’. Colocar juntas estas dos dimensiones es una gracia del Espíritu Santo, que así como todas las gracias, es un don que debemos pedir al Señor».
«Estas pobres personas que perdieron la dignidad en la práctica de sobornos no llevan consigo el dinero que ganan, sino la falta de dignidad. Recemos por ellas», finalizó el Papa. (FB)

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