Ciudad del Vaticano (Jueves, 28-11-2013, Gaudium Press) Una nueva acción solidaria a favor de los niños refugiados impulsa por estos días el Vaticano. Se trata de la «Misión sanitaria para los niños sirios refugiados en el Líbano», un programa conjunto promovido por el Pontificio Consejo ‘Cor Unum’ -dicasterio de la caridad del Papa-, Cáritas Líbano y el hospital pediátrico italiano ‘Bambino Gesú’.
Las tres instituciones, quienes trabajan desde hace tiempo en el Líbano ayudando a los refugiados sirios, han querido unir sus fuerzas para extender la atención médica de los niños, quienes son los principales afectados del conflicto.
La misión fue presentada este miércoles 27 en la Oficina de Prensa de la Santa Sede por el Cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo ‘Cor Unum’, en compañía del presidente del hospital pediátrico, Giuseppe Profiti y el presidente de Cáritas Líbano, el Padre Simon Faddoul.
Cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo ‘Cor Unum’. |
De acuerdo con el Cardenal Sarah «ayudar a la población siria, más allá de las diferencias étnicas o religiosas, es la manera más directa para contribuir a la pacificación y a la edificación de una sociedad abierta a todos sus diversos componentes».
Sobre esta acción a favor de los niños refugiados, que ocurrirá justamente cuando inicia el tiempo de Navidad, el purpurado dijo: «acercándose ya la Navidad, en la que lamentablemente el consumismo supera a menudo el mensaje del anuncio del Nacimiento de Jesús, pensamos que el regalo más hermoso que podemos brindar a los niños, que sufren a causa de la guerra siria, es que puedan volver a sonreír y a vivir, acompañándolos para que crezcan no solo material, sino también y sobre todo espiritual y humanamente».
El programa, que iniciará en diciembre y durará tres meses, será también una luz de esperanza para los sirios refugiados. Así lo expresó el presidente del dicasterio de la caridad del Papa haciendo eco de las palabras que pronunció el Papa Francisco en la vigilia de oración por la paz celebrada el pasado 7 de septiembre: «En el silencio de la cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz (…) Este es el lenguaje que la Iglesia, toda unida, quiere y debe hablar. En este caso con los amigos del Hospital Bambino Gesú y de Cáritas Líbano, por los niños sirios refugiados, por ellos y sus familiares. Pero también en general, hacia todos los que sufren necesidades y pobreza, no solo material sino también espiritual».
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), se estima que 2 millones de sirios han dejado su país y son refugiados en Líbano, Jordania y Turquía. De todos ellos, más de la mitad son menores de 17 años, quienes corren riesgos de sufrir diversidad de enfermedades, sobre todo infecciones estomacales y respiratorias.
Con información de Radio Vaticano, AICA y Rome Reports.
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