Ciudad de México (Lunes, 02-12-2013, Gaudium Press) «¿Cómo podemos celebrar plenamente el Adviento?», es la pregunta que ha hecho el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo y Primado mexicano durante la Homilía de la Santa Misa que presidió el pasado 1º de diciembre, Primer Domingo de Adviento, en la Catedral Metropolitana de México.
En su reflexión, el purpurado ha dado respuesta a esta cuestión, teniendo en cuenta la actitud que Jesús sugiere en el Evangelio: «Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor».
En este sentido, ha dicho a los fieles mexicanos que ya es hora de despertar del sueño, dejar de lado las obras de las tinieblas y vestirse «con las armas de la luz».
«Pareciera que la enfermedad del sueño se ha apoderado de muchos de nosotros como una epidemia hasta llegar a decir: Sí, soy creyente, pero no practicante. Me bautizaron, pero no conozco lo que creo. Soy católico, pero en lo privado, pues no me animo a transmitir a otros la fe que recibí. El Papa Francisco con su voz profética, nos invita a los cristianos a dejar el sueño y la pasividad que nos han invadido y nos muestra caminos muy concretos para que nos comprometamos en el anuncio del evangelio en nuestro continente», continuó.
De esta manera, el Cardenal Rivera ha señalado que si de verdad se acepta a Jesús en la vida no se puede seguir alimentando la espiral de la violencia, tanto en la familia, como a través de los modelos que se difunden en algunos medios de comunicación.
Y ha recordado que el Adviento «es realidad presente y esperanza futura», es una oportunidad única «para vivir, amar y esperar», así como ocasión para celebrar la iniciativa de Dios quien «sale al encuentro del hombre entregándole su propio Hijo e invitándolo a colaborar para que su amor llegue a los que están lejos».
«El Adviento no sólo es espera, también es memoria y presencia. Memoria, porque a Aquél que esperamos, ya vino, y por eso celebramos Navidad. Presencia, porque a Aquél que esperamos, está en medio de nosotros en su Palabra y en la Eucaristía que estamos compartiendo. El Adviento cristiano es un caminar con alegría al encuentro de Aquel que camina con nosotros y está a nuestro lado», concluyó el purpurado mexicano.
Con información de SIAME.
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