Santiago (Lunes, 09-12-2013, Gaudium Press) Ayer, el Obispo Auxiliar del Arzobispado de Santiago, monseñor Cristián Contreras Villarroel, participó de la ceremonia de inauguración y consagración del nuevo Hospital del Carmen de Maipú, recinto que beneficiará a cerca de un millón de personas que antes debían desplazarse fuera de su comuna para acceder a los servicios de salud.
«Maipú es tierra de encuentro, Maipú es la casa de todos los chilenos, Maipú tiene el manto protector de la Virgen del Carmen y este hermoso hospital lleva el nombre Del Carmen», dijo monseñor Villarroel, momentos antes de otorgar la bendición al nuevo recinto de salud.
Durante la bendición, el obispo recordó ante los presentes que «el Papa Juan Pablo II dijo en el año 87: ‘Los pobres no pueden esperar’. Hoy podemos decir: Los enfermos no pueden esperar».
Y agregó: «Muchas gracias, entonces, por esta solicitud de todos ustedes, y por eso bendecimos a Dios; bendecir a Dios es bien decir de Dios, y bien decimos también a todas las personas que han hecho posible esta obra y bien decimos de todos aquellos profesionales, auxiliares, en fin, todos los trabajadores que aquí laborarán».
En su intervención, el prelado manifestó que «hay muchas presencias de Cristo», destacando que «a Cristo lo reconocemos sacramentalmente en la Eucaristía, es una presencia real sacramental, pero hay otras presencias que no son sacramentales, pero no por ello menos reales. Y una de estas presencias son los pobres y son los enfermos. ‘Estuve enfermo y me fuiste a visitar’; Cristo se identifica con los enfermos, y quien sirve a los enfermos, sirve al mismo Cristo».
Tras estas palabras, el monseñor Villarroel procedió a la bendición del nuevo hospital: «Que este lugar sea, por la Gracia del Espíritu Santo, una casa de bendición y una escuela de caridad, que los médicos ejerzan sabiamente su profesión, que los que cuidan a los enfermos practiquen este servicio con solicitud, que los fieles vengan aquí para visitar a Cristo en la persona de los hermanos y los enfermos confortados por el amor de todos recuperen pronto la salud y te den Gracia por este gran beneficio. Que el Señor entonces bendiga este lugar, que es un sagrario, porque la vida humana es sagrada. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».
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