Buenos Aires (Miércoles, 11-12-2013, Gaudium Press) Con pañuelos y flores, miles de fieles en la ciudad de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, celebraron a su Patrona, la Inmaculada Concepción, a su paso a través del Río Luján. La procesión fluvial tuvo lugar en la noche del pasado 08 de diciembre en un acto calificado por el Obispo de San Isidro, Mons. Oscar Ojea, como «una manifestación de fe y esperanza».
La procesión avanza por el Río Luján. Foto: AICA. |
«Hemos pedido por la paz y por aprender a dialogar con confianza. La solución de los problemas de la gente no pasa sólo por la mente, sino por el corazón», reportó el prelado a la agencia AICA, como balance de la actividad. La procesión fluvial fue presidida por a Eucaristía solemne presidida por Mons. Ojea de forma campal a las 6:30 de la tarde y culminó con una solemne Bendición en el Paseo Victoria a las nueve de la noche. Los fuegos artificiales en honor a la Santísima Virgen enmarcaron el cierre del importante evento religioso.
Por qué celebrar a la Inmaculada Concepción
El Obispo de San Isidro emitió un mensaje previo a los actos en honor a la Inmaculada Concepción para explicar el sentido profundo de la celebración y destacar las virtudes de la Santísima Virgen. «Queremos estar cerca de María, porque queremos estar cerca de Jesús», explicó el prelado. «En este día nosotros la miramos, ella es una de las grandes figuras del adviento. Nadie como ella espera a Jesús. Con tanta intensidad, con tanta verdad, con tanta ansiedad».
Mons. Ojea también destacó la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen como el más grande signo de la predilección de Dios. «El Señor la ha amado desde toda la eternidad y por eso la ha preservado de toda mancha de pecado. El Señor la prepara», expuso. «María es creatura, María es frágil y ella misma se reconoce como nada delante de Dios, el Señor miró con bondad su pequeñez. La eligió desde toda la eternidad por la belleza de su humildad, por la belleza de ese corazón humilde» que «no conoce el mal».
«La iglesia le rinde un culto especialísimo a la Santísima Virgen porque sabe que nadie como ella nos acerca a Jesús. Nadie ha vivido tan cerquita de Jesús, nadie ha hecho posible como ella la transparencia y la concreción del Evangelio», agregó el Obispo, quien motivó a los fieles a consagrar a la Santísima Virgen la humanidad entera, la Iglesia y en particular la Diócesis de San Isidro y la ciudad de Tigre que se acoge a su protección.
Con información de AICA y Diócesis de San Isidro.
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