Minas (Lunes, 16-12-2013, Gaudium Press) Un mensaje de preocupación fue lanzado por el Obispo de Minas, Uruguay, Mons. Jaime Fuentes, ante la aprobación por parte del Senado de la legalización del consumo y producción de marihuana. La decisión dividida (16 contra 13) fue tomada el día 10 de diciembre se suma a otras iniciativas rechazadas por la iglesia que en opinión de Mons. Fuentes «llevarán a que la familia uruguaya se hunda».
Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas, Uruguay. |
El prelado recordó que a la noticia se suma a «la legalización y promoción del aborto; la equiparación legal de las uniones homosexuales con el matrimonio y la fecundación artificial en todas sus formas», todas estas denunciadas por la Iglesia como dañinas para la sociedad. Ante esta realidad, calificada por el Obispo como una sinsalida entre «el suicidio o el harakiri», señaló un camino alternativo que, afirmó, «podría resumirse en un slogan: Por la familia todo es poco».
Compromiso total
Con este lema, Mons. Fuentes exhortó a «multiplicar las iniciativas para ayudar a los matrimonios jóvenes antes de que lleguen las dificultades», a» enseñar a los chicos y chicas adolescentes el valor de la fidelidad en todos los órdenes», como formas concretas de revertir los efectos negativos de las nuevas leyes. También motivó a los católicos a «decidirse a no tener miedo de decirles que lo blanco es blanco y lo negro, negro» y recomendó a los padres y madres a asumir «su deber de dar la información sexual a sus hijos» para evitar que su vida sea determinado por ideologías externas.
Como ejemplo de la iniciativa necesaria para superar los problemas sociales actuales, el Obispo de Minas puso como ejemplo a parejas jóvenes recientemente casadas que según el prelado conocen la profundidad del compromiso que adquieren. «Tanto que están dispuestos a darlo todo -a darse del todo- porque por la familia todo es poco», afirmó.
«No están solos en el empeño, también me consta», agregó Mons Fuentes. «Hay, como ellas, muchas parejas más que no quieren saber nada con los «derechos» de abortar los hijos, de cultivar marihuana o de integrar un club de faloperos (drogadictos). Están dispuestos a romperse todo por la familia, por la que ellos quieren formar»
El Obispo motivó a todos los católicos a unirse para ayudar a las familias que buscan preservar y perpetuar a través de sus hijos los valores cristianos. «Hay que apoyarlos con entusiasmo: se encuentran en la primera fila de una guerra que hay que ganar. O sí, o sí», concluyó.
Con información de Conferencia Episcopal de Uruguay.
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