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Ciudad del Vaticano (Lunes, 13-01-2014, Gaudium Press) Los miembros del Cuerpo Diplomático acreditado junto a la Santa Sede fueron recibidos por el Papa Francisco en la mañana del lunes 13. En la ocasión, el Pontífice hizo un balance del año que pasó y lo definió como «denso de acontecimientos no solo en la vida de la Iglesia, sino también en el ámbito de las relaciones que la Santa Sede mantiene con los Estados y las Organizaciones Internacionales».
Uno de los primeros tópicos de la reunión fue el asunto familia. Según el Papa, muchas se encuentran divididas y dilaceradas «no solo por la frágil consciencia del sentido de pertenencia que caracteriza al mundo actual, sino también por las difíciles condiciones en que muchas de ellas son forzadas a vivir, llegando al punto de faltarles los propios medios de subsistencia».
Sobre los ancianos y los más jóvenes, el Pontífice hizo una observación: los primeros traen la sabiduría de la experiencia, mientras los segundos nos abren al futuro, impidiendo de cerrarnos en nosotros mismos, citando como ejemplo su experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en Río de Janeiro.
En África, el Papa recordó los problemas políticos y sociales en Nigeria y en la República Centroafricana, donde la población sufre por causa de las tensiones que el país atraviesa actualmente.
«Aseguro mi oración por las víctimas y los numerosos desalojados, constreñidos a vivir en condiciones de indigencia. Espero que la solicitud de la Comunidad Internacional contribuya para hacer cesar las violencias».
El escándalo del hambre también fue una de los asuntos abordados en la reunión. El Santo Padre dijo que «no pueden dejarnos indiferentes los rostros de cuantos padecen hambre, sobre todo los niños».
Al final, el Pontífice, al mencionar la extensa explotación de recursos ambientales por el mundo, citó el siguiente dicho popular: «Dios nos perdona siempre, pero la naturaleza nunca perdona cuando es maltratada».
El Papa Francisco además recordó las innúmeras víctimas y graves devastaciones provocadas por el tifón Haiyan, en las Filipinas.
Concluyendo el encuentro con los diplomáticos, el Santo Padre citó una de las frases de Pablo VI: «la paz no se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas. Se construye, día a día, en la búsqueda de un orden querido por Dios, que trae consigo una justicia más perfecta entre los hombres».
El Santo Padre, en una frase harto difundida por los medios de comunicación, resaltó también el horror que se suscita «sólo el pensar en los niños que no podrán ver nunca la luz, víctimas del aborto». (LMI)
De la redacción, con informaciones de la Radio Vaticana.
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