Ciudad del Vaticano (Jueves, 16-01-2014, Gaudium Press) En su catequesis sobre el Bautismo, el Papa Francisco habló, este jueves 15, del ejemplo de los católicos japoneses perseguidos en el siglo XVII.
«No quedó en Japón ningún sacerdote: todos fueron expulsados. La comunidad permaneció en la clandestinidad, conservando la fe y la oración mientras permanecían ocultos», recordó el Pontífice en la Audiencia General.
Uno de esos japoneses que sufrieron la prohibición del cristianismo fue Ukon Takayama, conocido hoy como «el samurái de Cristo».
La Conferencia Episcopal Japonesa presentó en Roma la documentación necesaria para abrir el proceso para la causa de su beatificación.
Mons. Joseph Mitsuaki Takami, obispo de Nagasaki, dijo sobre Ukon Takayama:
«Él dio un gran testimonio de Fe cristiana durante el período de la persecución en el Japón, en la historia del cristianismo, podemos decir. Primero, mantuvo su fe sin duda alguna, sin dejarse llevar por ninguna riqueza temporal, siguió a Jesús en todas las circunstancias y vivió una vida cristiana siguiendo el Evangelio».
Takayama nació en Osaka en el año 1552. Su familia se convirtió al catolicismo y construyó la primera iglesia de Kyoto. Pero cuando el Emperador Toyotomi Hideyosi prohibió «la religión de Occidente» y quiso expulsar a los jesuitas en 1587, su familia no obedeció las órdenes, prefiriendo ser fiel a la Fe.
Takayama murió en Filipinas en 1615. Para los obispos japoneses, la vida del samurái todavía es un ejemplo válido para los días de hoy.
Para Mons. Joseph Mitsuaki Takami, Obispo de Nagasaki, en Japón, «él fue invitado a abandonar su Fe, pero Takayama prefirió no dejarla, escogiendo perder su status en la sociedad, su riqueza, sus territorios, su castillo y todas sus propiedades. Muchos de los valores que tenía son muy válidos para nosotros hoy en día».
Actualmente existen medio millón de católicos en Japón, 0,5% de la población. Los jesuitas en el siglo XVI fueron los primeros misioneros que trajeron la Fe al país del Sol Naciente. Entre ellos, algunos bien conocidos como San Francisco Javier, Patrono de las Misiones.
(JSG-LMI)
De la redacción, con informaciones Rome Reports.
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