Ciudad del Vaticano (Jueves, 16-01-2014, Gaudium Press) El Portavoz vaticano, P. Federico Lombardi, anunció la próxima participación de la Delegación de la Santa Sede ante el Comité de la Convención sobre los Derechos de Niños, ratificada por la Santa Sede en 1990. El sacerdote destacó especialmente el compromiso de la Iglesia en la protección de la infancia y la familia, así como la especial cercanía del Sumo Pontífice a los niños nacidos y en el vientre de sus madres.
El Papa Francisco recibe y bendice un bebé en la Plaza de San Pedro durante su primera audiencia general como Pontífice. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
Como muestra de este cariño especial de la Iglesia, el Papa ha expresado su cercanía a los infantes que acuden a los actos pontificios. «Una de las imágenes más frecuentes y populares es aquella donde se lo ve tomar entre sus manos a los numerosos pequeños que se le presentan a lo largo del recorrido entre las personas en el público o en las calles», relató el P. Lombardi, quien destacó también los encuentros con las parejas de recién casados y las imágenes «que muestran el afecto del Santo Padre cuando bendice a las mujeres embarazadas, haciendo el signo de la cruz sobre su regazo». Los niños enfermos también han sido una preocupación del Pontífice, quien ha mantenido conmovedores encuentros con numerosos grupos de ellos.
«¿Qué jefe de los 193 estados del Comité de la Convención sobre los Derechos del Niño puede representar mejor testimonio y eficaz aval que el Papa Francisco y su amor tan fuerte por la infancia?», se preguntó. Este compromiso de la Iglesia se manifiesta en el decidido rechazo de la discriminación de los niños, en la defensa de «la dignidad y los derechos de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer» y en el fomento de «las estrechas relaciones entre los derechos del niño y los derechos y deberes de los padres».
Acción eclesiástica en favor de la infancia
La Iglesia también promueve activamente, por el bienestar de los niños, «la visión profunda e integral de la educación en el amor, mucho más amplia que una visión limitada a la ‘educación sexual’ y «el rechazo de una ‘ideología de género’ que niegue la base objetiva de la diferencia y complementariedad de los sexos y se convierta en fuente de confusión incluso en el ámbito jurídico y la interpretación de la misma Convención».
Todas estas acciones vienen acompañadas al interior de la Iglesia por «el establecimiento de «normas y directrices rigurosas y eficaces, para curar, contrarrestar y prevenir los graves fenómenos de abuso sexual contra menores de edad», que han constituido un gran sufrimiento para la comunidad de la Iglesia. En todas estas expresiones queda de manifiesto la ejemplar adhesión de la Santa Sede a la Convención de los derechos del Niño, señalada como «coherente con la enseñanza y la actitud constante de la Iglesia».
«Podemos decir que la Santa Sede es promotora, con su acción, de una corriente inmensa, extendida por todo el mundo, de amor y de servicio al bien de los niños», concluyó el P. Lombardi.
Con información de News.va.
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