Ciudad del Vaticano (Sábado, 18-01-2014, Gaudium Press) Una inusual multitud se reunió en la Plaza de San Pedro el pasado 17 de enero. Además de los peregrinos, numerosos animales de granja como caballos, burros, patos, conejos, entre otros, y las mascotas de muchos residentes de Roma se acercaron para recibir la bendición de la Iglesia. Todo como parte de la tradicional celebración de la Fiesta de San Antonio Abad, patrono de los campesinos y granjeros y, por extensión, de los animales del campo y la ciudad.
Comitiva de la Policía Militar Italiana en la Plaza de San Pedro. Foto: CNS. |
El acto de bendición fue realizado por el Cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro y Vicario General para la Ciudad del Vaticano, quien ya había presidido la Eucaristía en la Basílica con la presencia de los miembros de una asociación italiana de granjeros.
Una de las comitivas más notorias fue la de la Policía Italiana, donde los uniformados a caballo realizaron una marcha hacia la Plaza, acompañados de dos perros policías. Los caninos, según reportes de Catholic News Service, revisaron insistentemente a los transeúntes sin notar que se encontraban en un receso de su trabajo durante la bendición.
El hombre, administrador de la creación
El Card. Comastri destacó la importancia de los campesinos y su trabajo para el bienestar de la sociedad durante su homilía en la Basílica. De igual forma agradeció a los granjeros presentes su trabajo de cuidado de la naturaleza y las labores que proveen a las comunidades con alimentos saludables e indispensables.
El purpurado también recordó el deber de los seres humanos de cuidar la creación de Dios y puso como ejemplo la reciente restauración de la Columnata de Bernini en la Plaza de San Pedro. Según el Cardenal, la intensa labor de limpieza realizada por especialistas durante los últimos cinco años fue necesaria debido a la polución de la ciudad, que inevitablemente afecta también a los seres humanos.
El Card. Comastri señaló a los campesinos como un ejemplo de administradores éticos y responsables de los dones de Dios y expresó su deseo de que los valores propios de su forma de vida tengan una saludable influencia sobre la sociedad en general.
Con información de Catholic News Service.
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