Merrimack (Sábado, 18-01-2014, Gaudium Press) James Gillick, un pintor británico autodidacta que se ha destacado para recuperar técnicas tradicionales de pintura al óleo, expondrá en Estados Unidos su visión sobre cómo un artista católico puede tener éxito en el mercado artístico actual. Su experiencia práctica de desenvolverse en un entorno frecuentemente secularizado y que promueve formas de expresión distintas o incluso contrarias a las tradicionales será el tema central de su intervención el Thomas More College de Merrimack, Estados unidos, el próximo 21 de enero.
Su Santidad Juan Pablo II, por James Gillick, 2005. |
Gillick ha marcado su independencia con respecto a las escuelas de arte actuales y ha logrado posicionar su obra en el mercado, fabrica sus propias pinturas – para las cuales refina su propio aceite – y estableció un taller donde enseña su visión de la pintura. «James es un devoto católico que ayuda a jóvenes artistas a cumplir su vocación en servicio de la Iglesia», afirmó la convocatoria del Thomas More College. Cada año, el pintor selecciona un grupo de aprendices con quienes trabaja de forma intensiva durante 11 meses y les enseña tanto su técnica como su forma de comercialización.
«Rembrandt decía: ‘incluso si simplemente es limpiar sus pinceles, haga algo todos los días'», recordó Gillick en un video de presentación de su trabajo artístico. «Siempre hay algo qué hacer. Si usted hace sus propios paneles, sus pinturas, pigmentos y ceras, siempre hay alguna contribución física que puede hacer a su obra». El artista explicó que prefiere trabajar con materiales puros que no se obtienen en el mercado.
Arte barroco y la huella de Dios en la creación
«La pintura naturalista del período barroco (el siglo XVII) desarrolló un balance de enfoque y color que imitaba la forma natural como se mira a las cosas», relató el Prof. David Clayton al describir la obra de Gillick en el proyecto The Way of Beauty, del Thomas More College. «La premisa detrás de esto es que la humanidad estaba hecha para apreciar la mano del Creador en su creación y si el artista trabaja en armonía con la forma como miramos, entonces la pintura bien realizada podría de la misma forma, a través de su belleza, llevarnos a la fuente última de la inspiración del artista».
El llamado particular al estilo artístico que desarrolla James Gillick lo sintió al comparar las obras de su entorno con las que marcaron la historia del arte. «Cuando comencé a ser un pintor de tiempo completo a los 21 años de edad había una gran separación entre el profundo conocimiento de la pintura al óleo evidenciado en los libros antiguos o las pinturas y la ausencia de éste en las galerías comerciales de la escena contemporánea», relató Gillick para The Artist.
Según el artista, pocos pintores practicaban con disciplina, pocos instructores enseñaban las técnicas clásicas y «mucha información se había perdido en los últimos 100 años». Los próximos dos años los dedicó a experimentar por su cuenta y luego continuó su proceso de aprendizaje continuo que según Gillick ha tomado 17 años.
Con información de Thomas More College of Liberal Arts, The Artist y New Liturgical Movement.
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