Ciudad del Vaticano (Martes, 21-01-2014, Gaudium Press) Con ocasión de la festividad litúrgica de Santa Inés, Virgen y Mártir, fueron presentados en la mañana de hoy al Papa Francisco una pareja de corderos bendecidos con cuya lana se tejerán los sagrados palios, que luego recibirán los nuevos Arzobispo Metropolitanos.
Los corderos, presentados al Santo Padre en la Casa Santa Marta, son tradicionalmente criados por las religiosas del Convento romano de San Lorenzo en Panisperna, y ofrecidos al Papa por los Canónigos Regulares Lateranenses cada 21 de enero, durante la memoria de Santa Inés, quien es comúnmente representada llevando consigo un cordero.
De su lana son luego tejidos a mano los palios -estolas blancas que se apoyan sobre los hombros como una tira que cae por delante sobre el pecho y por detrás sobre la espalda; y en las que se representan seis cruces negras-, que luego son custodiados en una urna ante la Confesión de San pedro. Más tarde, el 29 de junio, cuando se conmemora la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, y como signo de comunión con la Santa Sede, el Papa impone los palios a los nuevos Arzobispos Metropolitanos.
Sobre los orígenes de esta bella tradición no hay datos exactos, pero sí se dice que el Sumo Pontífice ya hacía uso del palio en el siglo IV. Oficialmente se sabe que la entrega del palio a los Arzobispos de Roma comenzó con Gregorio VII, y que posteriormente eran entregados también a los Obispos que no eran Metropolitas.
Una tradición que cambió con el Papa Pablo VI, quien decretó que los palios fueran entregados sólo a los Arzobispos Metropolitanos el 29 de junio de cada año, durante la solemnidad de Pedro Y Pablo, con el propósito de destacar el vínculo que existe entre quien porta el palio y la Sede Apostólica.
El rito de la imposición del palio fue recientemente modificado por el Papa Emérito Benedicto XVI, realizándose actualmente al comenzar la celebración. |
Es el Arzobispo, tres meses después de su designación, quien debe solicitar el palio al Sumo Pontífice. El palio, una vez entregado, se convierte en signo de la potestad de la que el Arzobispo se halla investido en su propia provincia, en comunión con la Santa Sede. De esta manera el Arzobispo puede utilizarlo en todas las iglesias que preside en su jurisdicción y cómo lo indiquen las normas litúrgicas.
El rito de la imposición del palio fue recientemente modificado por el Papa Emérito Benedicto XVI, realizándose actualmente al comenzar la celebración, para evitar que se interrumpa la Santa Misa con un rito largo que no tiene carácter sacramental.
Con información de Radio Vaticano.
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