Chile (viernes, 26-09-2009, Gaudium Press) El día jueves 25 de junio, el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Alejandro Goic dio a conocer a la opinión pública la posición de la Iglesia respecto a la iniciativa del gobierno de enviar un proyecto de ley al Congreso para que se apruebe la entrega de la “píldora del día después”. Mons. Goic también se pronunció frente a los últimos dichos de algunos parlamentarios y candidatos presidenciales que aprueban la distribución de esta píldora.
En su misiva el Obispo se mostró muy preocupado por la situación debido a que lo considera un tema delicado y “que toca el derecho humano más fundamental de todos: el derecho a la vida”. Para fundamentar su argumentación, trae a colación a un autor español que sostiene que durante el último siglo la sexualidad se ha ido desvinculando de “las realidades en las que encuentra sentido y se ha convertido en un fin en sí misma”.
Así -señala el autor- la sexualidad fue desvinculada del matrimonio, luego de la procreación, y finalmente se afirmó que ya no era necesario estar enamorado para practicar el sexo, porque “el amor compromete a la persona”, mientras que el sexo ocasional y descomprometido favorece a la creatividad y el disfrute de cuerpo; por lo tanto el amor es prescindible.
Reconociendo la veracidad del planteamiento del autor, Monseñor Goic fue enfático en afirmar que esa evolución ha favorecido la promiscuidad sexual, que ha ocasionado los “embarazos precoces y los abortos”; y que éstas situaciones han tratado de ser resueltas por las autoridades por medio de “recursos técnicos”, como el uso de los preservativos y la llamada “píldora del día después”, en vez de reforzar la formación ética.
A lo anterior, añadió que la educación en los valores morales, junto al desarrollo ético de los jóvenes y el fortalecimiento del apoyo de la familia y la escuela, son los medios más idóneos para crecer como seres humanos y así contribuir efectivamente al desarrollo de una sociedad sana y responsable.
Al finalizar, el Obispo de Rancagua reafirmó la posición de la Iglesia de asumir una vez más la defensa de la vida inocente y el desafío de “construir un camino seguro hacia el desarrollo integral” de la persona y la sociedad, e instó a los fieles a asumir un rol protagónico en la defensa de la vida “por fidelidad en nuestro seguimiento de Cristo”.
Deje su Comentario