Santo Domingo (Jueves, 21-01-2014, Gaudium Press) Procedentes de las provincias de República Dominicana, así como de varios países, peregrinos rindieron homenaje a Nuestra Señora de la Altagracia, «Madre Protectora y Espiritual de la República Dominicana», cuya fiesta se celebró el pasado martes 21 de enero en su Santuario Basílica, situado en Higüey y al que acuden cada año unos 20 mil fieles.
Los peregrinos, que fueron llegando a la población dominicana desde el pasado sábado 18, participaron de varios actos conmemorativos, entre ellos la vigilia de oración en la Basílica mariana que comenzó a las 8:00 de la noche.
El martes 21, día de la solemnidad, la celebración inició a tempranas horas con dos celebraciones eucarísticas; la primera a las 5:30, la otra a las 7:30. El homenaje principal tuvo lugar a las 10:00 de la mañana con una solemne Eucaristía en la Basílica, que presidió Mons. Nicanor Peña Rodríguez, Obispo de la diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia.
Este mismo día, a las 16:00 horas, se celebró una procesión por las calles de Higüey, y en la noche, una vigilia de oración con un grupo de peregrinos procedentes de Haití. Las conmemoraciones a la protectora de los dominicanos culminaron el pasado miércoles 22 de enero.
Nuestra Señora de la Altagracia
De acuerdo con algunos documentos históricos, desde 1502 se veneraba en República Dominicana a la Virgen María desde su advocación de la Altagracia, cuya imagen fue llevada a la isla caribeña desde España, en un cuadro pintado al óleo.
Según la tradición, una joven de Higüey, hija de un rico mercader vio en sueños a Nuestra Señora en esta advocación, y le pidió a su padre le trajese de Santo Domingo un cuadro con la preciosa imagen. Tras tratar de conseguirla sin éxito alguno, el padre de la joven regresa a Higüey donde conoce de manera extraña a un hombre de edad avanzada, quien sacó de su bolsa un pequeño lienzo enrollado y dijo: «esto es lo que usted busca». Para su sorpresa era la Virgen de la Altagracia.
Fue un 21 de enero, cuando la hija de aquel mercader, acompañada de un grupo de personas, recibió de manos de su padre el lienzo en el lugar donde hoy está situado el santuario, estableciéndose allí su culto.
Con información de Radio Vaticano y diario El Caribe.
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