Ciudad del Vaticano (Viernes, 31-01-2014, Gaudium Press) ¿Qué diría usted al Papa Francisco si él lo llamase? En una práctica que se ha tornado común en su Pontificado, el Santo Padre ha sorprendido a diversas personas que, desprevenidas, son agraciadas con las palabras del sucesor del Apóstol San Pedro.
Esta vez, la historia ocurrió con un sacerdote brasileño. El Padre Gleidson de Paula Souza, de la Congregación de Don Orione, recibió en el último día 20 de enero la llamada sorpresa del Pontífice.
«El lunes día 20, estaba estudiando. A las 15:56 sonó mi celular. Era un número privado. Una voz repitió varias veces: ‘¿Es Gleidson? ¿Es Gleidson? ¿Yo hablo con Gleidson?’. Respondí: ‘Sí, Santo Padre, soy Gleidson’. y él prosiguió: ‘Veo que reconoces mi voz. Mi voz ya es muy conocida’ «, contó el religioso.
El Padre Gleidson dijo que había escrito una carta al Papa y se la había entregado a una amiga, que visitaría la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús el día 19 de enero, cuando el Santo Padre presidió una celebración en el lugar. Según el sacerdote, ella le dio el mensaje al Papa, que lo guardó en el propio bolsillo.
Un día después del Pontífice recibir su carta, el religioso fue sorprendido con la llamada del Papa, que lo invitaba a ir a la Casa Santa Marta, en el Vaticano.
El Padre Gleidson habló con el Santo Padre sobre lo que había escrito en la carta en relación al camino vocacional. Luego, el Papa dijo: «Venga a encontrarme». El sacerdote, entonces, lo invitó a visitar la comunidad del Instituto Teológico, situada en el Monte Mario, en Italia. Sin embargo, el Papa respondió no saber si habría posibilidad de ir, pero que lo dejaría informado sobre su decisión durante esos días.
Una segunda llamada del Papa
Ya el jueves 23, el Papa Francisco lo llamó nuevamente, invitándolo a ir a la Casa Santa Marta. Entonces, el Padre Gleidson se presentó en los portones de la residencia vaticana, acompañado por el Director de la Comunidad, Padre Carlo Marin, y del Padre Giacomo Defrancesco.
Durante el encuentro, el Pontífice destacó a la Congregación de los Orionistas, recordando que, en Buenos Aires, su tierra natal, cuando era novicio jesuita, había hecho una experiencia como voluntario en el Cottolengo de Claypole durante 15 días.
Al final de la conversación, el Padre Gleison tuvo un encuentro privado con el Papa durante aproximadamente 35 minutos. En este tiempo, él se confesó con el Santo Padre, así como había pedido en la carta. «Él no me dio respuestas, pero me dio libertad de reflexionar diciendo que está conmigo».
Al concluir su relato, el presbítero afirmó que el Papa «nos está evangelizando no apenas con palabras, sino con su presencia acogedora, su simplicidad, gestos y ternura». (LMI)
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