Ciudad del Vaticano (Viernes, 31-01-2014, Gaudium Press) La pérdida del sentido del pecado es correlata con la disminución de la presencia de Dios en medio de los hombres, aseguró el Papa Francisco en su homilía de hoy en la Casa Santa Marta.
Foto: Radio Vaticano |
El Pontífice reflexionó el texto de la primera lectura dondese narra el pecado del rey David y cómo un pecado grave, como es el adulterio en este caso, se ve disminuido por David a «un problema para resolver». La opción que elige el rey David, se vuelve el espejo delante del cual el papa Francisco pone la conciencia de cada cristiano.
David se encapricha con Betsabé, esposa de Urías, su general, y envía al marido a primera línea de batalla, causándole la muerte y de hecho perpetrando un asesinato. Entretanto, pecados tan graves como esos parecen no conmover el corazón de David. «David se encuentra ante a un enorme pecado, pero él no lo siente como un pecado», expresa el Papa. «No le pasa por su mente pedir perdón. Lo que le viene en mente es: ¿cómo resuelvo ésto?».
La pérdida del sentido del pecado
«A todos nosotros nos puede suceder. Todos somos pecadores y todos estamos sujetos a la tentación que es el pan nuestro de cada día. Si alguno de nosotros dijese: ‘Yo nunca tuve tentaciones’, o sos un querubín o un poco tonto. Se entiende. Es normal en la vida la lucha y el diablo nunca se queda tranquilo, él quiere su victoria. Pero el problema más grave -el problema más grave en este caso de David- no es tanto la tentación y el pecado contra el noveno mandamiento, sino el modo en el que actúa David. Y David aquí no habla de pecado, habla de un problema que tiene que resolver. ¡Esto es un signo! Cuando el reino de Dios disminuye, uno de los signos es que se pierde el sentido del pecado».
Cada día, al rezar el padrenuestro, le pedimos a Dios «Venga a nosotros tu Reino…», que quiere decir «crezca Tu Reino». Cuando se pierde el sentido del pecado, se pierde también «el sentido del Reino de Dios» y en su lugar surge «una visión antropológica súper potente», la del «yo lo puedo todo»:
«¡La potencia del hombre en lugar de la gloria de Dios! Este es el pan de cada día. Por esto la oración de todos los días a Dios ‘Venga tu Reino, crezca tu Reino’, porque la salvación no vendrá de nuestras astucias, de nuestra inteligencia al hacer negocios. La salvación vendrá de la gracia de Dios y del entrenamiento cotidiano que nosotros hacemos de esta gracia en la vida cristiana».
«El pecado más grande de hoy es que los hombres perdieron el sentido del pecado», dijo el Papa citando la célebre frase de Pío XII. Urías es la víctima emblema de todas las víctimas causadas por la pérdida de la noción de pecado, afirmó el Pontífice.
«Yo les confieso, cuando veo estas injusticias, esta soberbia humana, también cuando veo el peligro de que a mí mismo me suceda esto, el peligro de perder el sentido del pecado, me hace bien pensar en los muchos Urías de la historia, en los muchos Urías que también hoy sufren nuestra mediocridad cristiana, cuando perdemos el sentido del pecado, cuando dejamos que el Reino de Dios caiga. Estos son los mártires de nuestros pecados no reconocidos. Nos hará bien rezar hoy por nosotros, para que el Señor nos dé siempre la gracia de no perder el sentido del pecado, para que el Reino no disminuya en nosotros. También llevar una flor espiritual a la tumba de estos Urías contemporáneos, que pagan la cuenta del banquete de los seguros, de los cristianos que se sienten seguros».
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