sábado, 23 de noviembre de 2024
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Cardenal Cipriani: "Nuestra identidad está en reconocer que somos hermanos, hijos de Dios"

Lima (Lunes, 03-02-2014, Gaudium Press) «Qué importante es poner encima de la mesa que lo que nos une siempre es que somos hijos de Dios, somos seres humanos y somos seres hechos para los demás», manifestó el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de Fe del sábado 1 de febrero, haciendo referencia al reciente fallo de la Corte de la Haya sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile. A partir de esa realidad el Cardenal Arzobispo de Lima se elevó a consideraciones espirituales profundas.

«Todos queremos un vida alegre y llena de esperanza, pero para llegar a eso hace falta que tengamos entre nosotros un trato y un sentimiento no de enemigos ni de competidores, sino de verdadera fraternidad», reflexionó.

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Comentó que en la actualidad se ve muchas veces entre las personas una relación llena de complicaciones y enfrentamientos, donde las acciones están cegadas por el odio. «El odio hace que no veas el amor, la cercanía, el cariño. Hay gente que no perdona nunca y se queda con el veneno dentro».

Por eso, afirmó que la grandeza del ser humano está en reconocer nuestros errores y saber pedir perdón cuando es necesario. «Pedirle disculpas al que me ha agredido no me hace menos, me hace más. No está en juego nuestra dignidad humana por decir: Me equivoqué o por decir Gracias».

Reconozcamos que somos hijos de Dios

Expresó que el ser hijos de Dios nos reconoce como parte de la familia humana, que tenemos el derecho de reconocer a hombres y mujeres como nuestros hermanos.

Asimismo animó a ayudar a gente enferma, poder acompañar a gente que está un poco sola, poder visitar a quien pasa un momento difícil, porque es algo que nos une como hermanos.

«Si ponemos esa preocupación por los demás: enfermos, presos, gente mayor, gente que está pasando momentos difíciles, en los primeros lugares de nuestra agenda tendremos un ambiente y un espíritu más comprensivo», señaló.

«Pero si nuestra agenda es todo el tiempo incomodar y estar pensando cómo hacer daño, el demonio se mete en el alma y en la vida, y pasa todo el tiempo trayendo a la memoria recuerdos para hacer daño. El demonio se dedica el tiempo entero a fabricar agendas para dañar a los demás», advirtió.

El purpurado invitó a que veamos en el otro a nuestro prójimo, alguien que merece el trato de hijo de Dios.

«Murmurar, calumniar, hablar mal a espaldas, apuñalar, es un daño muy grande, genera odios, abre brechas, separa a la gente. Esto ocurre en la Iglesia y fuera de la Iglesia, ocurre a todos los niveles. A veces con gran cultura y con gran reverencia y con una mirada angelical estás pegándole una puñalada que tú sabes que es falso, que está sembrando veneno a tu hermano, a tu hermano sacerdote, a tu hijo, a tus padres», refirió.

Somos países unidos por la fe

Finalmente, recordó a Perú y Chile que este tema del diferendo marítimo no debería estar basado en agendas políticas que nos separe sino debería generar un trato amable y de respeto mutuo entre ambos países.

«Somos hermanos, bajemos el tono, vayamos adelante sin estar hurgando en la herida o queriendo sacar ventajas políticas en ambos lados. Es el momento de tener un estilo de vida de mayor madurez. Ha llegado el momento de ponernos a trabajar juntos y avanzar no solamente en lo económico sino en lo humano, porque somos hermanos», reflexionó.

«Una bendición llena de cariño y una propuesta: Que en este mes de febrero seamos mejores hermanos, mejores amigos, respetándonos unos a otros y queriéndonos», concluyó.

Con información de la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Lima

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