París (Lunes, 03-02-2014, Gaudium Press) Como un éxito calificaron los organizadores la multitudinaria Manifestación para Todos, convocada en Francia para reclamar del estado la protección de la familia como base de la sociedad. Los estimativos de los activistas calcularon más de 500 mil personas en las calles, la mayoría de ellas en París y un número considerable – de unas 40 mil personas – en Lyon. Los reportes de la policía fueron marcadamente diferentes, reportando 80 mil y 20 mil manifestantes, respectivamente. Las autoridades civiles francesas ya habían manifestado su abierto rechazo a la iniciativa que critica duramente la posición del actual gobierno francés.
Cientos de miles de personas expresaron su defensa de la familia y denunciaron varias propuestas políticas contrarias a su orden natural. Foto: Manif Poru Tous. |
Los manifestaron no sólo se opusieron a la redefinición legal del matrimonio y la familia ya efectuada en Francia, sino que incorporaron a su rechazo a las propuestas sobre reproducción asistida artificialmente y sobre subrogación (vientres de alquiler). «Tenemos un testimonio qué dar. Decir simplemente un ‘no’ claro y fuerte», comentó a los medios de comunicación el Cardenal Philippe Barbarin, Arzobispo de Lyon. «No sé si seremos escuchados, pero por lo menos uno es responsable de haberlo dicho». El purpurado ya había manifestado sus motivos para salir a las calles en un artículo anterior a la marcha (ver noticia anterior).
La Manifestación para Todos, de carácter ciudadano, contó con participantes de todos los sectores de la sociedad, de varias creencias religiosas, tendencias políticas y sociales, unidas por el convencimiento de que la protección de la familia es necesaria para el bienestar de la sociedad. A la expresión ciudadana en las calles se sumaron otras iniciativas, como la de un boicot a una asignatura escolar sobre «teoría de género» llevada a cabo por los padres de familia que causó la ausencia del 50 por ciento de los alumnos en algunas regiones.
El evento transcurrió de forma notablemente pacífica, con el compromiso de mantener el carácter positivo que ha caracterizado el movimiento desde su nacimiento. Esta intención se reafirmó tras los disturbios generados por un grupo minoritario en la semana anterior, que eligió manifestar su descontento a través de un «día de la ira».
Los organizadores rechazaron la violencia como medio de expresión y el propio Cardenal Barbarin, antes de la manifestación había señalado que ese tipo de métodos son «contrarios al Evangelio».
Con información de Agencia Zenit y Manif Pour Tous.
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