Ciudad del Vaticano (Miércoles, 05-02-2014, Gaudium Press) En una lluviosa mañana hoy en la Plaza de San Pedro, a la que entretanto acudieron numerosos fieles, el Papa Francisco hizo una catequesis sobre la Eucaristía, «fuente de la vida misma de la Iglesia», «Sacramento del amor», de donde «nace todo auténtico camino de fe, de comunión y de testimonio». Con esta catequesis el Papa continúa sus enseñanzas sobre los sacramentos a las que ha dedicado las Audiencias Generales de los miércoles.
Foto: Radio Vaticano |
El Pontífice hizo una descripción didáctica de cómo los elementos presentes en las misas nos hablan de lo que allí ocurre: «En el centro del espacio destinado a la celebración se encuentra el altar, que es un mesa, cubierta por un mantel, y esto nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa hay una cruz, que indica que sobre aquel altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se recibe, bajo el signo del pan y del vino. Junto a la mesa está el ambón, es decir, el lugar desde el cual se proclama la Palabra de Dios: y esto indica que allí nos reunimos para escuchar al Señor que habla mediante las Sagradas Escrituras y, por lo tanto, el alimento que se recibe es también su Palabra», expresó el Papa.
Asimismo el Papa Francisco explicó que la eucaristía, que significa «acción de gracias» no es una mera remembranza de un hecho pasado, pues al llamarla «Memorial» «no significa sólo un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este Sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo».
«La Eucaristía constituye el vértice de la acción de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido para nosotros, vierte, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, tanto que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos. Es por esto que normalmente, cuando nos acercamos a este Sacramento, se dice que se ‘recibe la Comunión’, que se ‘hace la Comunión’: esto significa que en la potencia del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma en modo único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ahora ya la plena comunión con el Padre que caracterizará el banquete celeste, donde, con todos los Santos, tendremos la gloria de contemplar a Dios cara a cara».
El Pontífice, a la vez que invitó a que se haga una preparación eximia de los niños para la Primera Comunión, invitó a todos a agradecer el inestimable don de la Eucaristía: «Queridos amigos, ¡no agradeceremos nunca suficientemente al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía! Es un don muy grande. Y por esto es tan importante ir a misa el domingo, ir a misa no sólo para rezar, sino para recibir la comunión, este Pan que es el Cuerpo de Jesucristo y que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa porque es el día de la resurrección del Señor, por eso el domingo es tan importante para nosotros».
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