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Washington (Viernes, 14-02-2014, Gaudium Press) Mons. Francis Chullikatt, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas participó el pasado 11 de febrero en una audiencia convocada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos y expuso a los legisladores las preocupantes características de la persecución de la cual son víctimas las comunidades cristianas en Medio Oriente. El prelado definió la libertad religiosa como un «sagrado e inalienable derecho» y alertó que en Medio Oriente se desarrolla una «persecución flagrante y extendida».
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| Mons. Francis Chullikatt, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York. Foto: Diócesis de Bridgeport. |
Sus palabras cuentan con la autoridad no sólo del profundo conocimiento de la Iglesia sobre el tema, sino de su experiencia personal como Nuncio Apostólico en Irak y Jordania de 2006 a 2010. Por este motivo su intervención fue atendida por el subcomité de derechos humanos globales de la Cámara, en el marco de una serie de audiencias con expertos internacionales sobre la persecución a los cristianos alrededor del mundo.
«Ningún cristiano está exento»
Sobre los desafíos para la libertad religiosa de los cristianos en Medio Oriente, Mons Chillikatt afirmó que la persecución afecta a todas las comunidades de manera generalizada. » Ningún cristiano está exento, sea o no sea árabe», expresó. «Los cristianos árabes, una comunidad pequeña pero significativa, son objeto de amenaza constante por no otra razón que su fe religiosa». El prelado lamentó que se desconoce que ellos son ciudadanos plenos de sus países, y que han vivido en paz con sus vecinos por muchas generaciones.
Uno de los hecho más tristes destacados por Mons. Chullikatt es el la llamada «tradición» de ataques con explosivos en los lugares de culto cristianos en la víspera de la Navidad. «¿No habrá fin previsible para este asesinato sin sentido de quienes en esa misma noche proclaman el nacimiento del Príncipe de la Paz en algunas de las comunidades cristianas más antiguas del mundo?», cuestionó el Arzobispo. «Como es cada vez más obvio, los gobiernos no están garantizando en modo alguno la libertad religiosa de manera consistente», declaró, además de alertar que la restricción de esta libertad «toma la forma de persecución directa de creyentes religiosos por parte de actores del estado».
La libertad religiosa aún no recibe la importancia que merece
El Observador Permanente recordó la denuncia de la muerte de unos 100 mil cristianos al año relacionada en alguna modo con su fe, lo cual se suma al desplazamiento forzado y otras formas de violación de los derechos de los creyentes. «Las circunstancias actuales hacen particularmente importante que los cristianos trabajen juntos para asegurar la libertad religiosa para todos», exhortó Mons. Chullikatt, «y para este fin es crucial que todos los gobiernos garanticen la libertad religiosa para todas y cada una de las personas en su país no sólo en la legislación, sino en la práctica».
El Arzobispo recordó también que las amenazas a la libertad religiosa aún no reciben la importancia que merecen en la comunidad internacional y agradeció la voluntad del comité de tratar el tema, lo cual describió como «una importante oportunidad para expresar la solidaridad con todos los creyentes cristianos en la dura realidad de la persecución». Mons. Chullikatt concluyó afirmando que la Iglesia espera de Estados Unidos que sea fiel a su propia constitución y desempeñe un liderazgo para la protección del «más fundamental de los derechos humanos».
Con información de Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.
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