Virgen de Kazan – Imagen: Padre Almir Flávio |
Sorocaba (Jueves, 20-02-2014, Gaudium Press) El arte bizantino, las manifestaciones artísticas a través de la pintura, arquitectura, mosaico y escultura, propias del Imperio Bizantino, vivió su auge entre los siglos V y XV y tuvo influencias de países como Italia, Grecia y Oriente.
Entre las principales formas de expresión de este arte cristiano están los frescos; pinturas hechas en paredes y en las iglesias; miniaturas para ilustrar libros; e íconos para pinturas en paneles, además de las esculturas y mosaicos.
Tratando de este asunto, el Instituto de Teología Juan Pablo II, en Sorocaba, interior del Estado de San Pablo, Brasil, está ofreciendo por tercer año seguido el Curso Práctico de Pintura de Íconos Bizantinos para los interesados en conocer este arte medieval.
Entrevistado por Gaudium Press, el Padre Almir Flávio, responsable por el curso de iniciación a la iconografía, afirmó que él es dirigido a los principiantes de la práctica del arte, donde aprenden lo más básico de la iconografía desde el inicio: cómo preparar la tabla, hacer el diseño, preparación de las tintas y la propia pintura.
La Transfiguración del Señor – Imagen: Padre Almir Flávio |
Especializado en Arte Sacra y espacio sagrado, el sacerdote confirmó que el surgimiento de las cursos derivó de innúmeros pedidos hechos por los miembros de la comunidad local que ya acompañaban su trabajo y que tenían el sueño de hacer pinturas bizantinas.
«Para saber la riqueza del aprendizaje, basta decir que trabajamos con tinta de témpera a huevo, donde los participantes deben producir su propia tinta», explicó.
Cuando preguntado sobre las pinturas sacras y bizantinas de la Iglesia para los días de hoy, el Padre Almir resaltó que, gracias al Concilio Vaticano II, tenemos hoy una búsqueda muy grande por conocer ese género de arte, que es la pintura sacra cristiana por excelencia.
En el primer milenio, continuó, cuando la iglesia todavía no había conocido el cisma, que dividió la iglesia en Oriental y Occidental, el ícono ya formaba parte del arte de toda iglesia. Pero también él ayuda a superar la gran crisis del arte moderno, que es un arte enfermo y ajeno a los valores cristianos.
«El arte bizantino es lo que hay de mejor ya producido para traducir el pensamiento cristiano en imágenes. El ícono no es realista en el sentido de mostrar lo que es el hombre sino idealista en el sentido de decir en lo que debe tornarse el hombre», dijo.
Sobre la valorización de las piezas bizantinas aquí en Brasil, el prelado cree que nuestra situación es un poco más difícil, pues no se trata de preservar, sino de aprender.
«Brasil fue colonizado por el Barroco. El estilo barroco puede ser lindo, pero existen otros estilos que Brasil desconoce. Es preciso, de parte de los que aprecian la iconografía, empeñarse para que eso no sea apenas un modismo pasajero», comentó.
Sagrada Faz – Imagen: Padre Almir Flávio |
Al final de la entrevista, el Padre Almir destacó que el ícono «es una ventana para el cielo. Es un trampolín que nos lanza al océano del misterio divino. Como vivimos en este mundo, nuestra comunión con Dios es mediada por la materia, ya sea el libro Sagrado, la música y también la imagen sacra».
Gaudium Press / Leandro Massoni Ilhéu
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