San Pablo (Jueves, 20-02-2014, Gaudium Press) En un clima en que crecen las posibilidades de una pronta canonización del Beato Padre José de Anchieta, el Arzobispo de San Pablo, Cardenal Mons. Odilo Pedro Scherer, escribió un nuevo artículo resaltando este hecho importante para la historia de la Iglesia en Brasil.
De acuerdo con el Cardenal Scherer, «además del renovado interés demostrado por la Conferencia Episcopal de Brasil y por varias diócesis, más relacionadas con la vida y la obra misionera del Padre Anchieta, ahora el propio Papa Francisco está personalmente interesado en esta causa».
«En breve, podremos tener la alegría de ver, finalmente, proclamado ‘santo’ aquel que, ya en su funeral, al final del siglo XVI, fue aclamado por indios y portugueses como ‘apóstol del Brasil’ «, afirmó el purpurado.
¿Por cuáles motivos el Padre Anchieta debería ser proclamado Santo por la Iglesia? Para responder a esa pregunta, el Cardenal recordó que los Santos son las personas que viven la comunión y la sintonía con Dios y reciben del Espíritu Santo la gracia de la santidad.
La santidad, según él, no es apenas fruto del esfuerzo humano, pues el Santo «es una persona de Dios y testigo de su santidad; testigo también de Jesucristo y de su Evangelio».
«En la Iglesia, los cristianos que corresponden de manera profunda con la gracia santificadora recibida de Dios en el Bautismo, a través de la Fe, son Santos; son aquellos que viven la ‘vida nueva’, según el Evangelio de Cristo, siguiendo su palabra y su ejemplo», explicó.
Para Mons. Odilo, el Padre Anchieta puede ser considerado Santo por el hecho de haber sido «un misionero generoso y extraordinario, dedicando su vida al servicio de los hermanos indígenas, para llevarles la alegría y las riquezas del Evangelio de Cristo», teniendo una vida entera dedicada a la misión a través de una profunda comunión con Dios y con la Iglesia.
«Fue catequista y formador de cristianos, discípulos de Cristo. Sufrió por Cristo y por el Evangelio…» Considerado también uno de los iniciadores de la Iglesia en Brasil, «tiene todo sentido darle el título de ‘apóstol del Brasil'», pues él continúa siendo un ejemplo y estímulo para la vida de la Iglesia.
«Anchieta vivió la caridad y otras virtudes de manera extraordinaria. Dedicaba inmenso amor a los enfermos, respeto profundo a los indígenas y su cultura, deseando ayudarlos a crecer en sus condiciones humanas y espirituales», resaltó.
Concluyendo su artículo, Mons. Odilo dijo que, para que el Beato se torne Santo lo esencial realmente es que haya tenido una vida santa, siendo una persona de Dios, un testigo fiel y vigoroso de Cristo y del Evangelio. (LMI)
De la redacción, con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo.
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