Belo Horizonte (Lunes, 24-02-2014, Gaudium Press) En los primeros meses de este año, millares de fieles comienzan a desligarse de la rutina del día a día y del cotidiano agitado de la metrópolis para dedicarse por algunas horas, días, o incluso, meses, a meditar la Fe y reflexionar sobre su camino con Cristo.
Mons. João Justino de Medeiros – Foto: Arquidiócesis de Belo Horizonte |
Los nombres más comunes para estos períodos y los más populares entre los cristianos católicos son retiros espirituales, Tardes de Alabanza o de María – donde los fieles dedican oraciones marianas en honor a la Virgen Santísima -, o encuentros de jóvenes, donde nos dejamos llevar por nuestra propia Fe, siendo conducidos por Cristo a un encuentro más profundo con Él, por medio de estudios de la Sagrada Escritura, debates, dinámicas entre grupos y Adoraciones al Santísimo Sacramento, reverenciando a Aquel que nos creó y dedicó la mayor parte de su vida a nosotros.
Pero una pregunta generalmente viene cerniendo la cabeza de los que se van a embarcar en esta jornada: ¿Cuál sería el verdadero significado de un retiro?
Para responder a esa y otras cuestiones, Gaudium Press entrevistó al Obispo Auxiliar de Belo Horizonte, Mons. João Justino de Medeiros.
Según Mons. Justino, «todo retiro tiene esencialmente el sentido de ‘retirarse’, tomar distancia por un breve tiempo de los ambientes que marcan el día a día de la vida teniendo en vista silenciarse para la ‘escucha’ de sí mismo y, sobre todo, de Dios».
«En el alejamiento del ritmo cotidiano y en la experiencia del silencio, la persona vive un proceso interior de decantación y de apertura de espacio al misterio de Dios», dijo.
El Obispo Auxiliar cree que el joven, al aceptar este desafío, debe «retirarse» para «aquietarse» y escuchar a Dios, pues se «está ofreciendo a sí mismo una oportunidad muy rica de crecimiento en la Fe y de fortalecimiento de la vida espiritual».
Encontrar una dirección espiritual para la vida: en esta pregunta, Mons. Justino ejemplificó su tesis con base en el pasaje bíblico del Evangelio según el Apóstol San Juan: «Creo que la dirección espiritual para la vida de cada uno de nosotros es Jesucristo. Él es el camino, la verdad y la vida (Jn. 14,6)».
Pero lo fundamental realmente para que el retiro espiritual proporcione a los participantes este encuentro con Cristo, conforme el prelado, es la búsqueda por el silencio y por la escucha de la Palabra de Dios.
«El silencio es una exigencia fundamental para una experiencia más radical de escucha», resaltó.
Mons. Justino aprovechó la oportunidad para hacer un complemento a su respuesta:
«Leí en estos días, en el jardín de un monasterio, la siguiente frase: ‘El Espíritu Santo es educadísimo. Solamente habla cuando nosotros nos callamos’. Aparentemente muy simple, la frase habla una verdad de la tradición espiritual cristiana. Es en el silencio que podemos escuchar mejor lo que Dios tiene para decirnos. Otros eventos religiosos pueden proporcionar interesantes experiencias de Dios a los jóvenes. Pero los retiros, sobre todo de silencio, dan algo preciosísimo a aquel que consigue vencer la tentación de ser ‘el dueño de la verdad’. ¡La verdad es Jesucristo! A ella podemos aproximarnos, pero no tomar posesión, manipularla».
Al comentar una de sus experiencias como participante de un retiro, Mons. Justino se acordó de su paso de la filosofía para la teología, más precisamente en diciembre de 1988, en un retiro ignaciano de una semana. «Después volví al mismo lugar e hice una experiencia de un retiro personal -solito- durante algunos días. Una vez más, lo que me tocó profundamente fue el desafío del silencio», confesó.
Para él, pasados los primeros días del encuentro, el silencio se torna una necesidad para sumergirnos más hondo «en el encuentro con Aquel que quiere hablarle».
Cuando preguntado sobre qué indicaría para las personas, incluso jóvenes, que van a participar por la primera vez de un momento espiritual, el Obispo Auxiliar reforzó: «retirarse es una elección que como tal comporta renuncias».
«Esfuércese y deje los trabajos [rutinarios] atrás. Organícese de tal modo que las personas sepan que usted fue al retiro y que no debe ser incomodado. Comunique a sus familiares y amigos más próximos que usted va ‘apagarse’ del celular, de los e-mails, del Facebook, de las redes sociales, pues estará en oración. Deje con alguien más juicioso el número telefónico de la casa donde estará para alguna eventualidad. Evite llevar computadora, Ipad, Iphone, celular», explicó.
Al final de la entrevista, Mons. Justino aconsejó a quien no tuvo esa experiencia a hacerla, pues «cuanto más solo usted consigue ir, más podrá escuchar y aprovechar el retiro, más chances tendrá de tocar el Misterio de Dios».
Gaudium Press / Leandro Massoni Ilhéu
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