Granada (Miércoles, 26-02-2014, Gaudium Press) Su nombre es Sansón Antonio, es un joven africano que dejó su país, Ghana, para encontrar en España un mejor futuro económico, pero halló un mayor tesoro: la fe. El joven, quien desde hace casi tres años se encuentra en el país europeo, recibió el pasado sábado 22 de febrero el Bautismo, la Confirmación e hizo la Primera Comunión.
«Él ha deseado que llegara el día de su bautizo y está muy contento», comentó el padre Juan Gutiérrez, párroco de la Iglesia El Sagrario de la Diócesis de Granada, donde ha tenido lugar las ceremonias de los santos sacramentos del joven Antonio.
Sansón Antonio / Foto: Archidiócesis de Granada. |
«La celebración fue preciosa y la gente que participó quedó encantada. La Iglesia estaba llena de gente, lo vivieron como una novedad. Fue una celebración en la que se plasmaba, como decía San Pablo, que estaba actuando la fuerza del Espíritu», explicó luego el sacerdote.
Lo realmente hermoso de esta historia es que Dios recompensó la gran travesía que Antonio realizó tras dejar su país natal. En busca de un sueño, el joven dejó Ghana, desde donde partió en camión durante un mes para atravesar el desierto y llegar hasta Marruecos, allí tuvo que esperar un largo tiempo hasta que logró atravesar el Estrecho de Patera y legar a la península ibérica.
Fue gracias a otro joven que conoció en Marruecos que Antonio se acercó a la parroquia de El Sagrario y quiso bautizarse. El mismo narra que «siempre me ha preocupado mucho no estar bautizado porque no podría participar en la Iglesia ni comulgar», pese a que su familia es cristiana.
Por eso el joven no duda en decir que desde que recibió los sacramentos «mi vida ha cambiado mucho, porque encontré lo que estaba buscando». «Me siento muy acompañado por Don Juan, por mis padrinos y por toda la gente de la parroquia, que me han ayudado mucho», agrega el joven.
Sansón Antonio vive en Granada en un hogar de protección público, dentro de poco empezará su primer trabajo como ayudante en una pizzería, labor que encontró gracias al apoyo que también le ha brindado la parroquia. «La Iglesia le ha acogido, se le ha abierto las puertas, se le ayuda, la gente los ha acogido, por encima de todo es una riqueza de vida para él», comentó el párroco.
Con información de la Archidiócesis de Granada.
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