Jerusalén (Viernes, 28-02-2014, Gaudium Press) La Custodia de Tierra Santa, institución franciscana encargada de la preservación y cuidado pastoral de los lugares santos, anunció el avance de las obras de restauración de la llamada Capilla de los Francos, ubicada en la parte superior de la escalinata de la fachada de la Basílica del Santo Sepulcro. «El hecho de que la basílica se haya mantenido durante siglos ha contribuido a su preservación y su estado general es bueno», afirmó el padre Eugenio Alliata, quien recibió los informes de los expertos.
La Capilla del Tormento o de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María, en Jerusalén. Foto: Custodia de Tierra Santa. |
El lugar también también es denominado Capilla del Espasmo o del Tormento (según su nombre original) o de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores o de los Siete Dolores de la Santísima Virgen María. La Capilla fue construida por los guerreros cruzados , como una entrada para facilitar el acceso a la Basílica y se adornó ricamente con mosaicos y capiteles. Durante el bloqueo de las puertas de la Basílica realizado por el emperador Saladino, la Capilla fue el «único lugar que permaneció accesible sin tener que pagar la tasa de ingreso», recordó la Custodia de Tierra Santa.
Desde esta época la Capilla quedó ligada a la veneración de la Santísima Virgen María al pie de la cruz y posteriormente se añadió una pintura sobre este tema sacro, colocada sobre un retablo de madera dorada del siglo XVIII. El que fue un lugar de ingreso quedó convertido en un lugar de culto mariano. Esta Capilla, poco conocida, recibe ahora los cuidados expertos necesarios para su preservación. «Preocupada por el patrimonio que gestiona en nombre de la Iglesia latina, la Custodia está restaurando esta Capilla, que es una joya de la basílica», anunció el fraile franciscano Sergio Galdi en un comunicado oficial del pasado 19 de febrero.
«La Custodia ha realizado numerosas restauraciones en esta capilla, como lo atestiguan los textos de que disponemos y que nos permiten conocer la evolución de los lugares», comentó el P. Alliata. «Antes de las ventanas actuales había vidrieras; se quitaron durante los años setenta del siglo pasado, pero más atrás en el tiempo, los testimonios discrepan sobre su descripción, permitiéndonos pensar que a través de los tiempos ha habido al menos tres tipos distintos de ventanas». También indicó que la pintura que se destaca en el centro de la Capilla data posiblemente del siglo XIX.
Las obras son adelantadas por jóvenes palestinos de la Escuela del Mosaico de Jericó, fundada por fray Michele Piccirillo, quienes limpian las piedras de los mosaicos y realizan la restauración del retablo. Las labores se extenderán hasta el mes de mayo y durante este tiempo la Capilla no estará abierta al público de forma continua, por lo que los grupos de peregrinos deben obtener una autorización especial para poder celebrar la Eucaristía en el lugar.
Con información de Custodia de Tierra Santa.
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