Ciudad de México (Martes, 04-03-2014, Gaudium Press) Gracias a una disposición emitida por el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo y Primado de México, todos los sacerdotes de la Arquidiócesis de México podrán perdonar el pecado del aborto durante la Cuaresma, tiempo litúrgico que iniciará este 5 de marzo con el Miércoles de Ceniza.
A través de una circular enviada a todo el clero, miembros de Vida Consagrada y laicos de la diócesis, el Cardenal ha delegado a todos los sacerdotes las facultades extraordinarias de otorgar la penitencia por el pecado del aborto con el que, de acuerdo con el canon 1398, se incurre en excomunión automática ‘latae sententiae’.
Cardenal Norberto Rivera Carrera. |
Un pecado que, en tiempo ordinario, solo puede ser perdonado por algunos sacerdotes, potestad que en el caso de la Arquidiócesis de México sólo tienen los presbíteros penitenciarios de la Catedral Metropolitana y de la Basílica de Guadalupe, así como los ministros delegados por las ocho Vicarías Episcopales de la diócesis capitalina, además de aquellos que ocupan el cargo de decanos.
Adicional a esta disposición, el Cardenal ha indicado algunas normas para que toda la comunidad arquidiocesana saque provecho del tiempo especial de gracia que significa la Cuaresma. De modo particular ha invitado a los sacerdotes para que acompañen a los fieles en este tiempo litúrgico, para que ellos puedan «vivir fructuosamente el tiempo de conversión».
Precisamente a los sacerdotes el Arzobispo de México ha pedido que la imposición de la ceniza se realice dentro de la celebración Eucarística o a través de las celebraciones de la Palabra para que los fieles comprendan mejor el sentido del signo de la cruz y del tiempo litúrgico que inician.
En su misiva, el purpurado también ha dado algunas recomendaciones para tener presentes durante la Cuaresma, iniciando este Miércoles de Ceniza, y también con la Semana Mayor, especialmente para el Viernes Santo donde se pide el ayuno. Recuerda que este 5 de marzo se debe observar el ayuno y la abstinencia, y que los viernes de la Cuaresma sólo se obliga a la abstinencia, que puede ser remitida a los sacrificios voluntarios o a una especial obra de caridad.
En este sentido, el Cardenal dice: «nuestras privaciones voluntarias pueden ayudar a aliviar las necesidades de los desvalidos, pues de este modo viviremos la actitud fundamental de la caridad cristiana, compartiendo algo de lo que tenemos».
Con información de SIAME.
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