Buenos Aires (Lunes, 29-06-2009, Gaudium Press/CEA) “A los chicos más chicos, en edad de jardín de infantes, hay que enseñarles valores, no hablarles de drogas, que distingan lo bueno de lo malo. Que la droga es mala. Primero se da la educación y después la prevención”: Con estas palabras se expresó Horacio Reyser, coordinador de la comisión Nacional de Pastoral de Adicciones de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), en la rueda de prensa organizada por esta comisión y realizada el miércoles 24 de junio pasado, jornada en la que se conmemoraba el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas establecido por la ONU.
Como en todos los países de América Latina, en Argentina el fenómeno de consumo de drogas entre los jóvenes preocupa a la sociedad. Sin embargo, se corre el riesgo de habituarse a esa dramática realidad. Para la Dra. Raquel Bolton, médica y miembro de la Comisión de Adicciones de la CEA, “nos estamos acostumbrando al paisaje urbano de ver a los chicos tirados por la calle. La propuesta es sensibilizar y crear conciencia; y para eso hacemos encuentros de formación y educación”.
En el mismo sentido, el Dr. Heriberto Pérez – miembro también de la comisión de adicciones de la CEA – señaló que “hay presiones sociales que tienden hacia un permisivismo del consumo de drogas que nosotros consideramos verdaderamente trágico.” “Antonio María Costa —Subsecretario General y Director Ejecutivo de la Oficina contra las Drogas y el Delito de la ONU— dijo que el problema mundial de la droga ha sido contenido pero no solucionado. La Iglesia hace suyo este tema y ve esta lucha no contra la oferta sino contra la demanda de estupefacientes”, afirmó.
Entretanto, el reciente Reporte Mundial 2009 de Drogas de la Oficina de Naciones Unidas para Drogas y Crimen (UNODC) ha señalado que si bien el mercado de la cocaína, la mariguana y el opio ha disminuido a nivel global, la producción y el consumo de drogas sintéticas como las anfetaminas, las metanfetaminas y el éxtasis se ha incrementado en los países en desarrollo.
La lucha contra las drogas desde una perspectiva cristiana
Según la Comisión de Adicciones, la labor de la Iglesia en la lucha contra la drogadicción sigue el ejemplo de Cristo, que fue tras la oveja perdida; de la misma forma, se debe procurar al drogadicto y no esperar a que venga a pedir auxilio: “La pastoral de adicciones, es una pastoral de encuentro. Nosotros no podemos esperar a que la gente venga, como Jesús debemos ir a buscarlos” expresó el padre Jorge García Cueva.
De esta manera la Iglesia contribuye y se hace partícipe de la realización personal de estos seres humanos, que son excluidos por muchos sectores de la sociedad: “todos tienen derecho a tener sueños. La inclusión social tiene que pensar en todos los ciudadanos. Una sociedad que excluye se está suicidando así misma”, señaló Mons. Monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, y miembro a su vez de la comisión. Fiel a su compromiso social, la Iglesia en Argentina continúa su labor de creación de centros de ayuda de drogadictos: “La Iglesia está desarrollando sus propios centros de atención, aunque por supuesto, no alcanzan”, señaló Horacio Reyser, por lo que se requiere el compromiso de toda la sociedad.
Deje su Comentario