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Ciudad del Vaticano (Lunes, 10-03-2014, Gaudium Press) Como «una tarea delicada pero muy importante» definió el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Card. Gerhard Müller, la misión de las comunidades procedentes del anglicanismo admitidas en la Iglesia Católica a través de los Ordinariatos personales creados por Benedicto XVI. «Es seguro decir que todos los ojos están puestos sobre ustedes y sus comunidades parroquiales», declaró el Prefecto a los Ordinarios, por primera vez reunidos en Roma el pasado 18 de febrero. Unos días después, el 26 de febrero, un grupo de peregrinos del Ordinariato de Estados Unidos fue saludado por el Papa Francisco durante la Audiencia General.
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| El Santo Padre, durante su saludo a los peregrinos del Ordinariato de la Sede de San Pedro. Foto: Ordinariato de la Sede de San Pedro. |
El grupo de prelados que por primera vez visitaron juntos la Congregación para la Doctrina de la Fe estaba compuesto de Mons. Keith Newton, Ordinario de Nuestra Señora de Walsingham (Reino Unido), Mons. Jeffrey Steenson, Ordinario de la Sede de San Pedro (Estados Unidos) y Mons. Harry Entwistle, Ordinario de Nuestra Señora de la Cruz del Sur (Australia). El Card. Müller recordó el llamado de los ordinariatos a fomentar una «cultura de la comunión», empleando las herramientas concedidas por la Iglesia para tal fin en la Constitución Anglicanorum Coetibus.
Sobre esta misión, el Prefecto comentó que si bien las razones teológicas y las disposiciones canónicas están claras, «la vivencia concreta de la comunión eclesial es lograda por hombres y mujeres, clero y laicado, comprometidos en usar estas herramientas como una expresión de su discipulado y fidelidad al Señor Jesús». Es en esta vivencia de los primeros años cuando los ordinariatos son muy observados desde todos los ángulos. «Debido a que la unidad de la Iglesia es la razón ostensible de su establecimiento, la comunión efectiva será una medida principal en la que las comunidades de los ordinariatos serán juzgadas.
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| Visita de los Ordinariatos a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Foto: Ordinariato de la Sede de San Pedro. |
«Los anglicanos estarán interesados en qué tan bien son capaces de hacer un hogar en la Iglesia Católica que sea más que una simple asimilación», afirmó el Card. Müller. «Los católicos querrán saber que están para quedarse, fortaleciendo la cohesión eclesial en lugar de establecerse aparte». Este es el equilibrio al que llamó el purpurado, en el cual se debe preservar la identidad de las comunidades parroquiales y al mismo tiempo integrarlas de modo eficaz dentro de la comunidad católica en general.
El Cardenal destacó la importancia de la liturgia sagrada en este camino, ya que los ordinariatos cuentan con la aprobación de la Santa Sede de un Misal propio, que incorpora a la celebración litúrgica católica algunos elementos (oraciones, cantos, etc.) de la tradición anglicana. «Al asegurarse de que la sagrada liturgia es celebrada dignamente y bien», recomendó el Prefecto, «ustedes profundizan la comunión de la Iglesia al atraer a las personas al culto de Dios, quien es comunión». El purpurado insistió en la importancia de la liturgia como formadora de la identidad de los ordinariatos y como eficaz herramienta de evangelización.
Con información de Ordinariato de la Sede de San Pedro.
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