San Pablo (Lunes, 10-03-2014, Gaudium Press) «Ahora ya no se trata solo de un profundo deseo de la Iglesia en Brasil, ni solo de una posibilidad. La Santa Sede confirma, por las palabras del Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, que Anchieta será canonizado por el papa Francisco al inicio de abril de este año».
Fue así que el Arzobispo de San Pablo, Cardenal Mons. Odilo Pedro Scherer, inició su más reciente artículo.
Padre Anchieta escribe su poema en honor a la Virgen Azulejos en Río de Janeiro |
Esta vez, el asunto comentado por el Arzobispo fue la canonización del Beato José de Anchieta que, según él, «será hecha por un decreto del Papa Francisco, como fue hecho en el caso reciente de San Pedro Fabro, primer sacerdote de la Compañía de Jesús».
«Con Anchieta, serán canonizados también dos misioneros de América del Norte: Mons. Francisco de Laval (1623-1708), primer Obispo de Canadá y de toda América del Norte, y la Hermana María de la Encarnación (1599-1672), misionera ursulina, también de Canadá», contó.
Anchieta, continuó el Cardenal Odilo, «es el Apóstol del Brasil’, así ya proclamado en su funeral, en 1597».
«Algunas regiones y ciudades de Brasil fueron especialmente marcadas por su acción misionera, como Salvador, San Pablo, Santos y todo el litoral paulista, Río de Janeiro, Victoria y todo el estado de Espíritu Santo, Porto Seguro y el sur de Bahía…», completó.
Según el Cardenal, «podemos afirmar, sin miedo de errar, que la Iglesia y el propio Brasil deben mucho a Anchieta: además de animador de misiones ya existentes, fue fundador de muchas iniciativas misioneras, educativas y de caridad social».
«Él fue un hombre de Dios, que, a pesar de su salud frágil, desempeñó una actividad dinámica y eficaz, recorriendo distancias enormes para asistir a un enfermo o para visitar comunidades y misiones. Entre los indios en el litoral paulista, él era conocido como ‘el padre que vuela’, por causa de la agilidad con que se desplazaba y se hacía presente en lugares diferentes en poco tiempo».
Mons. Odilo reveló que, en el corazón del Beato Anchieta, existía el deseo de llevar la luz del Evangelio a todos, «consciente de que ese es el camino bueno para cada hombre».
«Es providencial que recibamos la noticia de la canonización del Padre José de Anchieta en este inicio de Cuaresma. ‘Convertíos y creed en el Evangelio’ – este apelo, oído en el Miércoles de Cenizas, nos recuerda de que el Cristo, centro del Evangelio, es la referencia, la luz, el camino, la norma para nuestra vida humana y religiosa», escribió.
El Arzobispo cree que «la santidad de vida consiste en la comunión y en la sintonía con Dios y, como consecuencia, la vida digna de este mundo y en el amor, a ejemplo de Cristo», pues «San» José de Anchieta vivió así.
«La Iglesia lo reconoce oficialmente y propone a todos que hagamos como él hizo. A nuestra manera, es claro», concluyó Mons. Odilo. (LMI)
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