Pittsburgh (Lunes, 10-03-2014, Gaudium Press) Bob Waruszewski, un economista y matemático estadounidense, propuso en un artículo publicado el pasado 05 de marzo en la plataforma Ignitum Today, tres sencillas propuestas para practicar la fe católica en la oficina, especialmente durante el tiempo de Cuaresma. «Varios santos nos muestran que la santidad es posible en cada estado de vida, incluso en el cubículo de una oficina», afirmó Waruszewski.
La vida espiritual no es un privilegio exclusivo de los religiosos sino un deber de todos los creyentes. Foto: P. Lawrence, OP. |
Su reflexión se motivó en el testimonio de un hombre que dejó su trabajo habitual para servir en las misiones. «Dijo que decidió hacerse misionero porque quería hacer algo significativo con su vida y no sólo poner papeles en una oficina», recordó el economista. Este planteamiento lo cuestionó, ya que aunque la entrega total a la evangelización es una vocación más elevada, la Iglesia enseña que el llamado a la santidad es universal y obliga por igual a quienes deben cumplir con sus responsabilidades laborales en otros ambientes. «Tal vez algún día tengamos incluso un Santo patrón para los trabajadores de oficina», comentó el autor. «Pero mientras que un oficinista es canonizado, he ofrecido algunas sugerencias para vivir su fe en el trabajo»
Oración, Penitencia y Limosna
La primera de las alternativas es «programar tiempos cortos de oración en el trabajo». Sin perjuicio de las responsabilidades laborales, y más bien como un beneficio para la productividad, Waruszewski afirmó que le gusta empezar la jornada encomendándose a San José, Patrono de los trabajadores. «Esto me ayuda a concentrarme durante el día y me recuerda que el trabajo debería acercarme a Cristo», describió.
Otras oraciones fácilmente hechas en un entorno laboral incluyen el Ángelus, la bendición de los alimentos, una lectura espiritual en hora de almuerzo y una acción de gracias al terminar la jornada. Aunque un trabajador de oficina no podría, como lo hacen los religiosos, orar la Liturgia de las Horas durante el día, «deberíamos apartar algunos momentos cada día para comunicarnos con Dios a medida que avanzamos en nuestro trabajo».
Una segunda propuesta es la de ofrecer sacrificios cotidianos e incomodidades por las almas del Purgatorio. «La vida de oficina tiene poca privacidad», describió Waruszewski. «Los hábitos de los compañeros como hablar duro en el teléfono, entromerse en nuestro cubículo sin pedir permiso o hacer ruido al abrir un paquete de pasabocas pueden ser muy molestos». Todas estas incomodidades pueden ser vistas por los creyentes como «oportunidades para crecer en la paciencia y ofrecerlas a Cristo por las almas del Purgatorio que están sufriendo mucho más que cualquier irritación en la oficina».
Finalmente, el economista sugirió, muy de acuerdo al perfil empresarial, contribuir financieramente a las necesidades de la Iglesia. «Si Dios lo ha bendecido con un trabajo bien pago, entonces una de las formas más fáciles de servirlo es apoyar los diferentes ministerios de la Iglesia», propuso. Esto es especialmente favorable a quienes su trabajo no les permite dedicar tiempo al servicio personal en las obras de misericordia, pero quienes pueden sostener el trabajo de religiosos y misioneros que se dedican de tiempo completo a la evangelización y la caridad.
«Al apoyar económicamente la caridad y los religiosos, nuestro trabajo puede tomar otra nueva dimensión», afirmó el matemático. «No sólo estamos proveyendo a nuestras necesidades y las de nuestra familia, sino también a las de la Iglesia local y en el extranjero. Incluso si nuestro trabajo no siempre aparezca ser significativo, podemos aliviarnos en el hecho de que una parte de nuestras labores patrocinan a personas que sirven a las necesidades de Cristo alrededor del mundo.
Las tres propuestas de Waruszewski encajan completamente en la tradición de la Iglesia con respecto al tiempo de Cuaresma, cuando se motiva a los fieles a renovar su compromiso de conversión a Cristo a través de la práctica de la oración, la penitencia y la limosna. «Consideremos nuevas formas de llegar a ser santos, especialmente en la oficina», invitó el redactor. «Recuerden que en nuestro trabajo, ‘Lo que sea que hagan, hagánlo desde el corazón, como para Dios y no para los otros'», concluyó, citando el texto de la Carta a los Colosenses.
Con información de Ignitum Today.
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