Seminario de Santiago de Chile recibió con alegría a 16 nuevos seminaristas

Santiago (Miércoles, 12-03-2014, Gaudium Press) Cerca de 500 personas repletaron el templo del Seminario Pontificio Mayor de Santiago, la tarde del domingo nueve de marzo, para acompañar a 16 jóvenes que comenzaron su formación para ser sacerdotes.

La eucaristía fue presidida por el Cardenal Ezzati y concelebrada por el Administrador Apostólico de Melipilla, monseñor Enrique Troncoso, los obispos auxiliares electos de Santiago, Fernando Ramos y Galo Fernández, entre otros vicarios y presbíteros de la Arquidiócesis.

El Cardenal Ezzati junto a los nuevos seminaristas

Al inicio de la celebración, el Rector del Seminario Pontificio, padre Fernando Ramos, les dio la bienvenida a los seminaristas: «Estamos de fiesta porque ustedes tuvieron el coraje y se atrevieron a seguir exclusivamente al Señor, los recibimos con mucha alegría».

En su homilía, el Cardenal Ezzati agradeció a las familias de los nuevos seminaristas, destacando que «la Iglesia se alegra porque llegan a esta comunidad de discípulos, ojalá el Señor siga enviando abundantes obreros. Gracias a los padres por apoyar a sus hijos en su vocación, que ellos estén aquí habla muy bien del clima en que crecieron».

Y agregó: «Las familias son santuarios de vida y de amor, gracias por ser creyentes, que el Señor los siga bendiciendo y que sus hijos cuenten siempre con su apoyo para ser fieles al Señor».

Dirigiéndose a los seminaristas, el Arzobispo de Santiago les dijo que la Iglesia los quiere acompañar en este camino, «Dios les ofrece la oportunidad para responder con fidelidad al don que Él les regaló».

Respecto al tiempo de Cuaresma, monseñor Ezzati enfatizó que hay que fijar la mirada en el don que es Dios que es misericordioso y que perdona las faltas, «su gracia es más grande que la culpa. El cristiano siendo pecador debe caminar con confianza, porque el Señor perdona sus faltas cuando se confiesa. Tenemos que experimentar que el don es infinitamente más grande que la falta. Jesús tiente los brazos abiertos del amor y de la misericordia».

«Sin embargo, tenemos que saber que nuestra vida es tentada, el demonio permanece activo, divide. La primera tentación que Jesús vence y que también debemos enfrentar es el materialismo, pensamos que la plenitud es el dinero y que la economía tiene la última palabra», precisó.

Finalmente los jóvenes y sus familias participaron de un encuentro fraterno, donde tuvieron la oportunidad de despedirse y emprender oficialmente este llamado vocacional.