Roma (Miércoles, 12-03-2014, Gaudium Press) El caso ocurrió hace 4 años, narrado con dramatismo y muy publicitado por los medios.
«Acabé sola, en el baño del hospital, teniendo un aborto. Tal vez porque se cambió el turno [del personal], [y] solo había médicos objetores», en el hospital Sandro Pertini de Roma. Es lo que narraba sufriente Valentina, hace 4 cuatro años, en conferencia de prensa convocada por una conocida Asociación italiana.
Es claro, el caso era hecho a la medida para atacar la objeción de conciencia, que por lo demás crece y crece en Italia, al punto de que el Consejo de Europa se encuentra «preocupado» por como este incremento lesiona el «derecho» al aborto de las mujeres.
Incluso, aunque en la ocasión de Valentina solo hubiese habido médicos objetores de conciencia al aborto, forzosa y mediáticamente la «culpa» de lo ocurrido era de ellos, y no de una posible mala organización del hospital.
Entretanto la realidad había sido muy distinta. Después de una indagación de la ‘Azienda Sanitaria Locale’ de Roma (organismo estatal de vigilancia sanitaria), se encontró que la mujer había sido atendida por dos médicos esa noche del 2010. Y que lo había sido en una habitación, no en un baño.
Sin embargo, a pesar de la presión del Comité Europeo para los Derechos Sociales del Consejo de Europa, el derecho a la objeción de conciencia es aún muy respetado en Italia, según se desprende, por ejemplo, de las recientes declaraciones del vicepresidente del Comité Nacional para la Bioética del país, Lorenzo D’Avack, quien no es por lo demás un ‘pro-life’: «Es evidente que en el campo bioético el Estado debe confrontarse con temas delicadísimos y decidir cómo ajustarlos a la normatividad. Es el caso del aborto, de la fecundación asistida, pero también de la vivisección. La objeción de conciencia da garantías a los que ven establecerse en una legislación aquello que no comparten: en una palabra, es la herramienta que protege los valores de la minoría».
No obstante, la presión para la limitación de la objeción de conciencia continúa.
Con información de Avvenire
Deje su Comentario