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Ciudad del Vaticano (Viernes, 21-03-2014, Gaudium Press) El hombre está destinado a la infelicidad cuando confía apenas en sí mismo, en las propias riquezas o en las ideologías, según el Santo Padre, que presidió este jueves 20, la tradicional Misa en la Casa Santa Marta.
Comentando la primera lectura del día, extraída del Libro de Jeremías (Jr 17, 5-10), que afirma: «bendito el hombre que se fía en el Señor», el Pontífice expresa que «nuestra confianza está solamente en el Señor», pues «no precisamos de otras cosas, de otras ideologías. De lo contrario, el hombre se cierra en sí mismo, sin horizontes, sin puertas abiertas y sin salvación».
El Papa resaltó que «todos nosotros tenemos esta debilidad, esta fragilidad de depositar nuestras esperanzas en nosotros mismos o en los amigos, o solamente en las posibilidades humanas y nos olvidamos del Señor», lo que nos lleva al camino de la infelicidad.
Luego, el Santo Padre argumentó con los fieles:
«Hoy, en este día de Cuaresma, nos hará bien cuestionar: ¿dónde está mi confianza? ¿En el Señor o soy un pagano que confío en las cosas, en los ídolos que hice? ¿Todavía tengo un nombre o comencé a perder mi nombre? Sin embargo, el Papa Francisco recordó que, «al final, hay una puerta de esperanza» para los que confían en sí mismos y «perdieron el nombre».
Finalizando su homilía, el Pontífice dijo que Dios siempre nos espera para abrir una puerta que nosotros no vemos para llamarnos de «hijo».
«Pidamos al Señor la gracia que a todos nos dé la sabiduría de confiar solamente en Él, no en las cosas, en las fuerzas humanas, solamente en Él», concluyó. (LMI)
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