Boston (Viernes, 21-03-2014, Gaudium Press) El Cardenal Arzobispo de Boston, Mons. Sean O’Malley, es sin duda alguna una de las figuras más destacadas en la Iglesia Católica. Actualmente hace parte del Consejo de los 8 Cardenales que asesoran al Papa en la reforma de la Curia Vaticana.
Cardenal O’Malley – Foto: Catholicnewsagency.com |
El pasado martes 18 el purpurado participó de un evento organizado por la Arquidiócesis de Baltimore, al que asistieron más de 3.000 personas, en el que se analizó el significado e impacto del primer año del pontificado del Papa Francisco. Al final del evento el Cardenal O’Malley respondió algunas preguntas de la editora del National Catholic Register, Joan Frawley Desmond, algunas de las cuáles reproducimos a continuación:
National Catholic Register – Usted es el único cardenal de los EE.UU. en el Consejo de Cardenales ¿Esa función incluye representar los puntos de vista y las experiencias de los católicos americanos?
Cardenal O’Malley – Nosotros tratamos de ayudar al Santo Padre a comprender los asuntos que tenemos aquí, [de manera que él pueda] tener en cuenta la perspectiva de la Iglesia en nuestro país.
En nuestras reuniones, el Santo Padre está muy ansioso por escuchar nuestras opiniones. Es muy humilde.
Cardenales de diferentes partes del mundo hacen parte del consejo. A veces nuestras opiniones coinciden, y a veces tenemos una perspectiva diferente debido a nuestra experiencia. El Santo Padre se enfrenta a enormes cuestiones, pero lo está haciendo con una profunda serenidad. (…)
NCR – El Papa Francisco ha expresado simpatía por los católicos que no pueden recibir la Eucaristía porque se han divorciado y vuelto a casar, y algunos obispos alemanes dicen que la enseñanza de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio debe ser modificada. ¿Puede darnos alguna información sobre este tema, que se abordará en el Sínodo extraordinario sobre el Matrimonio y la Familia de este año?
Cardenal O’Malley – La Iglesia no cambiará su doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio.
Habrá un esfuerzo por ayudar a las personas que han tenido un matrimonio fracasado y tratar de tamizar a través de vías [a considerar lo que] se puede hacer. El Santo Padre está ansioso de discutir eso, pero creo que es prematuro hacer cualquier pronóstico sobre cómo eso se abordará.
La simplificación del proceso de anulación sería un primer paso maravilloso para hacer frente a un problema pastoral muy importante para la Iglesia.
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