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Río de Janeiro (Martes, 25-03-2014, Gaudium Press) «¡El tiempo de la Cuaresma es tiempo privilegiado en la vida de la Iglesia! Es el llamado tiempo fuerte, de conversión y de cambio de vida», dijo el Cardenal Arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta, en entrevista exclusiva para Gaudium Press, destacando la característica del tiempo cuaresmal en la vida de los fieles católicos y de la Iglesia.
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| Mons. Orani recibe cenizas durante celebración en la Catedral de Río de Janeiro – Foto: Arquidiócesis de Río de Janeiro |
Tratando de este período litúrgico de reflexión, oración y preparación antes de la celebración pascual y resurrección y victoria de Nuestro Señor Jesucristo, Mons. Orani afirmó que el tiempo de la Cuaresma es caracterizado por una palabra-clave: «metanoia», originaria del griego antiguo, que, traducida al contexto actual del asunto, significa mudanza, conversión.
Según él, «somos pecadores y todos llamados a la conversión: ‘Convertíos y creed en el Evangelio’, pues el tiempo pasa rápido y sabemos que ‘somos polvo y a Él volveremos’ un día».
¿Cómo vivir ese período de la mejor forma? El Arzobispo de Río de Janeiro respondió que, en este tiempo, es necesario la práctica de los grandes ejercicios cuaresmales: «la práctica de la caridad y las obras de misericordia. El ayuno, la limosna y la oración», que son ejercicios bíblicos recomendables en los días de hoy.
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| El Cardenal afirmó que son necesarias las de caridad y las obras de misericordia: el ayuno, la limosna y la oración – Foto: Arquidiócesis de Río de Janeiro |
«Además de manifestaciones de penitencia, que nos aproximan al Señor y dan al alma una alegría especial, la Iglesia nos pide también que practiquemos la limosna que, ofrecida con un corazón misericordioso, desea llevar un poco de consuelo a los que pasan por privaciones o contribuir conforme las posibilidades de cada uno para una obra apostólica en bien de las almas», completó.
Cuando preguntado sobre los proyectos a ser hechos por la Arquidiócesis en este período cuaresmal, el Cardenal Tempesta reforzó la práctica del ayuno, que «va al encuentro con la caridad, o sea, el acto de ayudar al prójimo».
En este sentido, relató que, «para valorizar el espíritu del amor al prójimo y de la acción social, quiso dedicar en la Arquidiócesis de San Sebastián de Río de Janeiro, el año 2014 como Año de la Caridad», que se entiende del 20 de enero hasta el día 23 de noviembre.
«No deja de ser interesante preguntar qué será hecho en el Año Arquidiocesano de la Caridad, pues la repuesta no podría ser más simple: vamos incentivar la caridad y motivar a los otros a seguir el mismo camino. Eso vale para cada persona, grupo e institución. Lo importante es percibir: nadie está exento de colocar en práctica el mandamiento del Señor Jesús en aquella parte que se refiere a amar al prójimo», resaltó.
En este período, prosiguió el Cardenal, también son realizados círculos bíblicos con la temática de la Campaña de la Fraternidad de este año, que tiene como tema «Fraternidad y Tráfico Humano», así como presentaciones, meditaciones de la Vía Sacra y jornadas de confesión.
Los retiros espirituales fueron también mencionados por el purpurado: «Son excelentes oportunidades para profundizar la vida de oración, de formación, de servicio al hermano, de evangelización».
El primer año de pontificado del Papa Francisco
Gaudium Press quiso conocer lo que Mons. Orani piensa sobre el primer año del Papa Francisco al frente de la Iglesia Católica. Él purpurado comentó que el Santo Padre viene mostrando «una Iglesia próxima del pueblo, con una capacidad de innovación».
Los cambios practicados por el Pontífice, según el Cardenal, son visibles en sus homilías, en el diálogo con la sociedad, llamándola a una vida justa y de preocupación con el hambre en el mundo, con los refugiados y con la paz.
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| Momento en que Mons. Orani es creado Cardenal por el Papa Francisco – Foto: Arquidiócesis de Río de Janeiro |
«Él no es apenas un liderazgo de la Iglesia, sino un liderazgo mundial. Él llama a todos a un tiempo diferente. El Papa sigue la tradición de la Iglesia, pero trae su contribución. Por ser latino, por haber trabajado en la 5ª Conferencia de Aparecida, por tener una preocupación con los pobres, trae, a su modo, una contribución para la Iglesia. En su manera de ser en público y en privado, es siempre atento, acogedor, tiene humildad de oír, preguntar, se interesa por lo que está a su alrededor. Muchas veces, eso nos espanta, pero él atiende a todos», agregó.
«Una Iglesia post-JMJ, post-elección de Papa Francisco»
Según Mons. Orani, «estos dos factores revitalizaron el ánimo, anunciaron la Fe a los que no conocían a Jesús. Veo un nuevo tiempo, impulsado por el Espíritu Santo».
Además, el Cardenal destacó la actuación del Instituto de la Juventud (iJuventude), considerado uno de los mayores legados dejados por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) e idealizado por el propio Arzobispo de Río, en comunión con los obispos y sacerdotes envueltos en el evento de la juventud, con la intención de promover la recuperación e inclusión del joven en la sociedad, a través de la evangelización, ofreciendo asistencia y enseñando valores y principios morales.
«Vamos a insertar a los jóvenes en proyectos sociales por medio de la evangelización. El diálogo constante con el Sector Juventud de la Arquidiócesis de Río, grupo que reúne más de 40 expresiones, entre pastorales, nuevas comunidades y grupos, auxiliará el iJuventude a detectar las principales carencias de la juventud de nuestra ciudad, sea cultural, educativa o social», confirmó.
«Somos llamados a buscar siempre una vida de conversión»
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| «El apelo de Cristo visa a nuestro cambio interior, a la transformación de nuestras vidas», Mons. Orani – Foto: Arquidiócesis de Río de Janeiro |
A pedido de nuestra redacción, el Cardenal Mons. Orani dejó un mensaje especial a los fieles que están viviendo el tiempo cuaresmal.
«Somos llamados a buscar siempre una vida de conversión, y, para eso, al acoger la gracia de Dios [debemos] tener también prácticas de ascesis que nos ayuden en esa caminata. El apelo de Cristo visa nuestro cambio interior, la transformación de nuestras vidas, la conversión del corazón y la penitencia interior, reorientando nuestra vida hacia Dios y rompiendo con el pecado. ¡Es la búsqueda de acoger el corazón nuevo! Para eso, las actitudes de reconciliación, cuidado de los necesitados, confesión de nuestras faltas, revisión de vida y otras actitudes nos ayudan, así como algunas actitudes que hacen que nuestro cuerpo también participe de esa renovación espiritual».
Gaudium Press / Leandro Massoni Ilhéu
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