domingo, 24 de noviembre de 2024
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"Es para la libertad que Cristo nos liberó", afirma el obispo de la diócesis de Caçador, Brasil

Caçador (Lunes, 31-03-2014, Gaudium Press) Mons. Frei Severino Clasen, obispo de la diócesis de Caçador, en el Estado de Santa Catarina, Brasil, escribió un artículo en que afirma que todo ser viviente es una criatura en movimiento. Al inicio de la reflexión, el prelado resalta que dentro de la creación, nosotros, humanos, nos destacamos por la consciencia, por el saber y por la razón de la existencia, y como seres en continuo ir y venir, crecemos en la búsqueda de la verdadera felicidad, camino para la perfección.

De acuerdo con el obispo, como cristianos, tenemos los ciclos litúrgicos donde nos expresamos con sentido propio en la búsqueda de la santidad y verdadera felicidad. Él destaca que el tiempo de la Cuaresma, en que estamos viviendo, es una oportunidad para rever actitudes, avances y debilidades en la relación con nosotros mismos, con el semejante, con la naturaleza y con Dios.

Según Mons. Severino, llegó el momento de estudiar, reflexionar y mirar a la realidad de tantas injusticias creadas en la comunidad universal. Él explica que, este año, caminamos en dirección de tantos hermanos que son explotados en su dignidad humana, por eso, la invitación es simple y directa, «Fraternidad y Tráfico Humano», pues, «Es para la libertad que Cristo nos liberó» (Gl 5,1).

Para el prelado, con esa temática sobre el Tráfico Humano y con un lema que nos convoca a la búsqueda de la verdadera libertad, creceremos en nuestra convivencia familiar y rescataremos el sentido de la familia, el sentido auténtico de la religión, y somos desafiados a mejorar nuestra relación, nuestro respeto y cuidado con las personas frágiles y a quien se ha visto atacada en su dignidad. El obispo considera que abriendo nuestros ojos, descubriremos como nuestros antepasados, europeos, africanos, asiáticos, indígenas y otros, impulsados por el deseo de progreso, llegaron pobres aquí y enfrentaron discriminaciones.

«De la misma forma, hoy tenemos tantos otros que llegan y somos convocados a acogerlos. Que en cada parroquia se haga un ejercicio y descubra quiénes son los despojados en la sociedad, en la Iglesia y en la familia. Quiénes son los que son explotados sexualmente y que pena curativa se aplica a los que explotan y golpean la vida humana. Ya tenemos un gran número de haitianos en nuestra Diócesis. ¿Cómo estamos acogiendo a esos que vinieron con esperanza y sed de crecimiento en la vida?», cuestiona el obispo.

Por último, Mons. Severino enfatiza que no tenemos otras indicaciones más evidentes y sagradas, a no ser reflexionar sobre la Campaña de la Fraternidad y abrir nuestros ojos para no esconder a los sufridores debajo de la alfombra con celebraciones emocionantes e individualistas, prácticas que también esconden la vida de tantos despojados en su derecho de ser feliz.

Él también resalta que la cuaresma nos proporciona un tiempo para reflexionar, meditar y rever nuestras actitudes cristianas.

Conforme el obispo, semanalmente, el Papa Francisco nos llama a ser más activos, reales, auténticos en el cuidado, en la acogida, en el sentido más profundo de una Iglesia que busca la libertad y la alegría de ser cristiano.

«Deseo a todos los lectores una mirada más serena para proteger la vida con simplicidad y naturalidad. Es la vía que nos conduce a una conversión real y que proporcione una Cuaresma penitencial, de conversión y que busque a Cristo resucitado, esperanza de nuestra resurrección. Que María, la madre de la ternura y del acogimiento, nos muestre la sencillez de vivir las enseñanzas de su Hijo crucificado y resucitado», concluye. (FB)

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