Madrid (Martes, 01-04-2014, Gaudium Press) El Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, clausuró el pasado domingo 30 de marzo la Jornada Mariana por la Vida y la Familia «DALAVIDA», que se celebró en la capital española desde el sábado 29. Durante la celebración eucarística que presidió en el pabellón Madrid Arena, en la que participaron centenas de familias, el purpurado reflexionó sobre el don de la vida, aquel que hoy está fuertemente amenazado por diferentes corrientes culturales.
«Corrientes culturales de pensamiento y expansión mediática, política y jurídica (…) dicen que las vidas no valen», dijo el Cardenal, quien comentó que dicha afirmación se acerca a la «expresión tremenda», que se hizo conocida durante la II Guerra Mundial, en la que se decía: «Vidas no dignas de ser vividas».
«Ante este hecho -continúo el purpurado- hay que responder conociendo la verdad de la vida, sabiendo que si queremos hablar de dignidad de la persona humana, de su vocación para amar y vivir siempre, tenemos que abrirnos a la luz de la fe, del misterio de Cristo que nos señala con claridad que la vida es don y que hay que vivirla para darla».
Cardenal Rouco / Foto: Barcex. |
En otro momento recordó la bella expresión del «Evangelio de la Vida», tan utilizada por el próximo santo, el Papa Juan pablo II, y se preguntó «¿Por qué la vida está hoy amenazada?», ante lo que respondió: «Porque el hombre no ha querido conocer la verdad de Dios y, por lo tanto, su propia verdad».
«¿Cómo el hombre se enfrenta a las grandes cuestiones de su existencia de forma muy primordial y básica? ¿Sólo con el corazón? ¿Sólo con la inteligencia? No es posible. No se puede separar el corazón de la inteligencia», continuó el Cardenal Rouco.
Más adelante, recordando que el Hijo de Dios se dio a sí mismo por la salvación de los hombres, exhortó a los fieles a «entrar a fondo en la experiencia del sacramento de la Eucaristía con un horizonte de que es necesario dar la vida. Tenemos que ser humildes (…) para comprender dentro de la fe el Evangelio de la vida hay que comenzar por hacernos como niños, que entienden muy bien lo que es la vida, y qué es dar la vida».
Finalmente, llamó a los fieles a orar junto con la Virgen María, «con Ella la oración se hace no sólo fecunda, sino casi infalible. Con Ella y por Ella, empezamos a escribir un nuevo capítulo de la promoción del Evangelio de la Vida».
La Santa Misa con la cual se clausuró la Jornada Mariana por la Vida y la Familia fue concelebrada por Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares y por Mons. Joaquín López de Andujar, Obispo de Getafe. En la ocasión participaron también unos 50 sacerdotes. La iniciativa fue convocada por las diócesis de Alcalá, Getafe y Madrid.
Con información de la Archidiócesis de Madrid.
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