sábado, 23 de noviembre de 2024
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¿Por qué en algunos lugares se cubren las imágenes de las iglesias en Semana Santa?

Redacción (Lunes, 14-04-2014, Gaudium Press) La imagen de un templo católico con todas sus imágenes cubiertas con telas de color púrpura puede ser una experiencia impactante para algunos fieles, acostumbrados, como es natural a la belleza empleada por la Iglesia para transmitir una idea de la grandeza de Dios. Esta costumbre, que sólo se practica en algunos lugares desde el Domingo de Ramos hasta antes de la Vigilia Pascual, encierra varios significados y honra una tradición que se originó en el siglo XVII.

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Iglesia de Santa María, La Antigua, en Cincinnati, Estados Unidos. Foto: NLM.

Según el P. Ryan Erlenbush, de la Parroquia Corpus Christi en Great Falls, Estados Unidos, esta costumbre «está ciertamente permitida», si bien ya no es obligatoria en la liturgia de la Iglesia, y podría estar regresando a la práctica en diversos lugares. El sacerdote recordó en su blog personal varios orígenes y sentidos de la práctica, siempre relacionados con los hechos históricos de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Cuando Dios ocultó su gloria

Una interpretación puede ser la ocultación de la gloria de Dios durante los sucesos trágicos de la Pasión, según los escritos del Abad Prosper Guéranger (siglo XIX): Esta ceremonia «expresa la humillación a la cual nuestro Salvador se sometió, como es relatado en el Evangelio del Domingo de la Pasión del Señor» (Domingo de Ramos). De hecho, el momento más usual para cubrir las imágenes es la víspera de dicha solemnidad.

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Altar mayor de la iglesia de Santa María del Perpetuo Socorro, Chicago, Estados Unidos. Foto: NLM.

Los católicos, explicó el P. Erlenbush, veneran la Cruz como un signo de victoria, pero también de humillación y sufrimiento. El cubrir esta y otras imágenes contribuye a revivir el misterio del sufrimiento de Cristo, cuando «la divinidad de nuestro Salvador fue casi totalmente eclipsada, tan grande fue su sufrimiento», comentó. «De igual manera, incluso su humanidad fue oscurecida, tanto que podría decir a través del profeta ‘Mas yo soy un gusano y ya no un hombre, los hombres de mí tienen vergüenza y el pueblo me desprecia'» (Salmo 22). El color del cubrimiento es el púrpura de la Cuaresma, que transmite el sentido penitencial, sobrio y doloroso de los acontecimientos conmemorados por la Iglesia.

Algunos antecedentes de la práctica se encuentran en la Alemania del siglo IX, cuando se cubría el altar hasta la lectura de la Pasión, cuando se narra que «el velo del templo se razgó en dos». La costumbre contribuiría además a reforzar la identificación del tiempo de Cuaresma. Otros, según recuerda el Padre Edward McNamara, Profesor de Liturgia en la Pontificia Universidad Regina Apostolorum, proponen que el cubrimiento de las imágenes era una extensión de las prácticas de penitencia pública de la Iglesia en siglos pasados. El restringir el símbolo a la Semana de Pasión sería un uso posterior que fue finalmente incluido en el Ceremonial de los Obispos del siglo XVII.

Un sentido adicional mencionado por el P. Erlenbush estaría vinculado a la ausencia de celebración eucarística el día Viernes Santo. «En este tiempo en el que nos adentramos místicamente en las realidades históricas de los últimos días de Jesús, no es adecuado tener una imagen, signo o sacramento de la Cruz presentado a los fieles». La identificación de la Eucaristía con la Pasión de Cristo es el motivo ofrecido por Santo Tomás de Aquino para explicar la ausencia de la Eucaristía en el Viernes Santo, ya que se trata del mismo misterio que se revive sacramentalmente. «De una manera análoga, es adecuado que, como el año litúrgico recuerda los eventos que llevaron hacia la Crucifixión, la Iglesia oculte las imágenes de la Cruz de la visión de los fieles», concluyó el sacerdote.

 

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