Katmandú (Sábado, 19-04-2014; Gaudium Press) Con una historia de reconocimiento de la libertad religiosa de apenas seis años, la Iglesia Católica en Nepal celebra la Solemne Vigilia Pascual con la admisión de sesenta nuevos miembros a la fe de la Iglesia. «Para nuestra pequeña comunidad católica esta es la más grande fiesta», explicó a Fides el Padre Plus Perumana, Pro-Vicario Apostólico de Nepal, «y este año un buen número de personas, unos 60 en todo Nepal, serán bautizados en la noche de Pascua».
Los católicos en Nepal, a pesar de ser una pequeña minoría, manifiestan públicamente su fe en la Resurrección. Foto: Asia News. |
La buenas noticias del crecimiento de la Iglesia contribuyen a dar color y alegría a la celebración del triunfo de Jesucristo sobre la muerte. «Nos estamos preparando en un ambiente de gran expectación y alegría para celebrar la resurrección de nuestro Señor», explicó el P. Perumana. «Los catecúmenos han pasado por un tiempo de grandes expectativas por el día en que se convertirán en miembros de pleno derecho de la Iglesia».
Los aspirantes a recibir los sacramentos de iniciación cristiana suelen llevar a cabo en Asia un intenso plan de formación y de vivencia de los valores cristianos antes de su admisión en la Iglesia, a la que luego pertenecen con un alto grado de compromiso y práctica de la fe. Durante la Cuaresma, «se han preparado para la Pascua con fuertes momentos de arrepentimiento, ayuno y oración», comentó el sacerdote sobre la preparación inmediata. «En todas las parroquias del valle de Katmandú hemos vivido un camino cuaresmal intenso y profundo, con momentos de retiro espiritual y de importantes iniciativas de solidaridad y ayuda a los pobres».
Otra característica de la Pascua vivida con peculiar intensidad en Nepal es la reciente posibilidad de celebrarla abiertamente, gracias al reconocimiento de la libertad religiosa, apenas obtenido en 2008. «Las comunidades cristianas celebran la Pascua, en todo el país, no sólo con celebraciones en las iglesias», comentó el Pro-Vicario, «sino también con procesiones y manifestaciones públicas de alegría para anunciar la belleza de la fe, la victoria de Cristo sobre la muerte y la certeza de la vida eterna».
Este «testimonio público» es particularmente importante en un país donde los católicos son una marcada minoría, con apenas unos ocho mil miembros en una población de aproximadamente 30 millones de habitantes.
Con información de Agencia Fides.
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