Toledo (Lunes, 21-04-2014, Gaudium Press) Con un llamado a vivir la vocación laical y como una ocasión para acoger el llamado a la santidad al que están invitados todos los bautizados, la Archidiócesis de Toledo, en España, da un nuevo impulso al proceso de beatificación del Siervo de Dios Antonio Rivera Ramírez, joven laico quien con su corta edad animó a sus coetáneos descubrir y vivir el ideal de la santidad.
La diócesis española reabrió hace poco el proceso camino al honor de los altares del Siervo de Dios con el nombramiento de un nuevo Postulador y Vicepostulador de la causa; y como parte del curso pastoral que promueve igualmente la jurisdicción y que ha dedicado a la reflexión sobre el llamado a la santidad y a la vivencia de la vocación laical.
Siervo de Dios Antonio Rivera Ramírez. |
La reapertura del proceso de beatificación ha tenido lugar en el marco del traslado de los restos mortales de Rivera Ramírez -evento que ocurrió el pasado 9 de abril- del Cementerio Municipal de Toledo a la Parroquia del San Julián, que es sede del Centro Diocesano del Apostolado Seglar, y lugar donde hoy se puede recibir culto privado al Siervo de Dios.
Un joven testimonio de santidad que animó a otros
Antonio nació el 27 de febrero de 1916 en Riaguas de San Bartolomé, Segovia, pero con tan solo 6 meses se trasladó, junto con su familia, a Toledo. Allí, con tan solo 18 años fue nombrado Presidente Diocesano de la Juventud Católica, cargo en el que pudo impulsar la creación de centros parroquiales de la Acción Católica, llegando a organizar más de 30 en los 3 años que duró en esa posición. También participó activamente en la Asociación Apostólica nacional animando a los jóvenes creyentes a responder al llamado de la santidad.
El joven laico murió el 20 de noviembre de 1936 a causa de una infección que le dejaron unas heridas sufridas tras una detonación ocurrida en el Alcázar de Toledo. El lema de vida del Siervo de Dios era: «En Dios lo puedo todo».
Debido a la fama de santidad que ganó Antonio, y a la notable influencia en su familia -su hermano el Sacerdote José Rivera, también está rumbo a la beatificación- y en los jóvenes españoles de la época, su proceso camino al honor de los altares fue abierto en la Archidiócesis de Toledo el 10 de enero de 1962 nombrando el Tribunal Eclesiástico para realizar el proceso informativo bajo la presidencia de Mons. Anastasio Granado, entonces Obispo Auxiliar.
Con información de SIC.
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