Ciudad del Vaticano (Miércoles, 23-04-2014, Gaudium Press) Ante una Plaza de San Pedro atiborrada de fieles, el Papa Francisco en su primera Audiencia General del tiempo pascual habló de la alegría que debe embargar a todos los cristianos por la resurrección de Jesús: «Esta semana es la semana de la alegría, celebramos la Resurrección de Jesús. Es una alegría verdadera, profunda, basada en la certeza de que Cristo resucitado, ya no muere más, sino que está vivo y activo en la Iglesia y en el mundo. Esta certeza habita en los corazones de los creyentes desde esa mañana de Pascua, cuando las mujeres fueron a la tumba de Jesús y los ángeles les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?» (Lc 24,5). Estas palabras son como una piedra millar en la historia; pero también una «piedra de tropiezo», si no nos abrimos a la Buena Noticia, ¡si pensamos que un Jesús muerto molesta menos que un Jesús vivo!», dijo el Papa.
Foto: Radio Vaticano |
A lo largo de toda la meditación, el Sumo Pontífice insistió en la pregunta del Ángel a las mujeres: «¿cuántas veces en nuestro caminar diario, necesitamos escuchar que nos digan: ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Y cuántas veces nosotros buscamos la vida entre las cosas muertas, entre las cosas que no pueden dar vida, entre las cosas que hoy están y mañana no estarán más. Las cosas que pasan. ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?»
La Resurrección de Jesús, siendo hoy tan evidente para los cristianos, no era algo que se aceptase fácil en ese entonces: «El Evangelio nos hace ver diversas reacciones: la del apóstol Tomás, la de María Magdalena y la de los dos discípulos de Emaús: nos hace bien compararnos con ellos. Tomás pone una condición a la fe, pide tocar la evidencia, las llagas; María Magdalena llora, lo ve pero no lo reconoce, se da cuenta de que es Jesús sólo cuando Él la llama por su nombre; los discípulos de Emaús, deprimidos y con sentimientos de derrota, llegan al encuentro con Jesús dejándose acompañar por ese misterioso viandante». Ellos buscaban entre los muertos al que estaba vivo.
Entretanto, saber que Jesús resucitó, no es sinónimo de haber interiorizado ese hecho en nuestras vidas, y por ello hoy nos podemos seguir cuestionándonos. «Tú, ¿por qué buscas entre los muertos a Aquel que está vivo, tú que te cierras en ti mismo después de una derrota y tú que no tienes más fuerza para rezar? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que te sientes solo, abandonado por los amigos y quizás también por Dios? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que has perdido la esperanza y tú que te sientes prisionero de tus pecados? ¿Por qué buscas entre los muertos al que está vivo, tú que aspiras a la belleza, a la perfección espiritual, a la justicia, a la paz?».
Saber que Jesús resucitó, y que podemos buscarlo entre los vivos, «nos ayuda a salir de nuestros espacios de tristeza y nos abre a los horizontes de la alegría y de la esperanza. Aquella esperanza que remueve las piedras de los sepulcros y alienta a anunciar la Buena Nueva, capaz de generar vida nueva para los otros», concluyó el Papa.
Con información de Radio Vaticano
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