Redacción (Miércoles, 23-04-2014, Gaudium Press) ¿Qué sentiría usted si durante una Eucaristía en su parroquia uno de los cantos fuera interpretado por uno de los mejores tenores del mundo? El extraordinario suceso fue vivido por los fieles de la parroquia de San Patricio en Miami, Estados Unidos, durante la celebración del Domingo de Resurrección, en el momento de la comunión. Sin anuncios especiales, Andrea Bocelli, famoso cantante italiano, entonó el tradicional himno Panis Angelicus mientras los creyentes se acercaban a comulgar.
«El pan angelical se convierte en el pan de los hobres», recita el antiguo himno compuesto por Santo Tomás de Aquino. Foto: Fr. Lawrence OP. |
La magistral interpretación del tenor causó la sorpresa de los asistentes, una de los cuales capturó el momento en un video tomado con su teléfono, dando a conocer el hecho que fue reproducido por diversas agencias noticiosas. Pero más allá de la sorpresa por la presencia del tenor en la Eucaristía, la interpretación puso de manifiesto la extraordinaria belleza de este canto litúrgico y la importancia de la música sacra en la liturgia de la Iglesia.
El Panis Angelicus
El himno interpretado por Bocelli tiene un particular arraigo en la Iglesia. Se trata de una de las cinco composiciones elaboradas por Santo Tomás de Aquino para la liturgia en la Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Estas piezas, que además del Panis Angelicus incluyen el «O Salutaris Hostia», el «Adoro te devote», el «Pange lingua» y el «Tantum Ergo», han demostrado con el paso de los siglos inspirar una especial devoción durante la Adoración Eucarística.
La versión del Panis Angelicus interpretada comúnmente fue musicalizada en 1872 para tenor, órgano, arpa, cello y contrabajo, y ha sido interpretada por los más famosos cantantes líricos desde entonces. Su inspirada letra y la hermosa melodía recuerdan a los fieles la excelencia del sacramento de la Eucaristía e invitan a la adoración y contemplación del misterio.
Después de escuchar a un tenor de talla internacional interpretar una de las más queridas piezas de la música sacra en una parroquia, como parte de la habitual celebración litúrgica, es difícil no recordar la elevada dignidad que debe tener en toda circunstancia el culto divino. El Rey de reyes y Señor de señores merece lo mejor que los hombres puedan ofrecer en su honor. Que el cumplimiento de este natural principio constituya una noticia digna de figurar en nuestras páginas puede inspirar una saludable reflexión en nuestra práctica de la fe.
El video de la inesperada intervención del artista durante la liturgia puede accederse a través del siguiente vínculo.
Miguel Farías / Gaudium Press
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