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Ciudad de México (Miércoles, 23-04-2014, Gaudium Press) El Papa Juan Pablo II, el próximo santo de la Iglesia, manifestó durante su pontificado un especial cariño por el pueblo mexicano que visitó en cinco ocasiones. Para conmemorar su canonización -acontecimiento que tendrá lugar en Roma el próximo domingo 27 de abril-, México prepara grandes acontecimientos, uno de ellos tendrá lugar el mismo domingo en la Basílica de Guadalupe donde se celebrará una Misa Jubilar.
La celebración Eucarística, que ocurrirá a partir de las 12:00 del mediodía, será presidida por el Nuncio Apostólico en México, Mons. Christophe Pierre, quien en una entrevista con el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), habló sobre la importancia histórica de la Canonización, así como de la cercanía que siempre tuvo el Pontífice polaco con los mexicanos.
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| Juan Pablo II en una de sus visitas a México / Foto: virgilio.it. |
«El Papa, con todas sus virtudes y fragilidades, desde su propia humanidad, nos dio una lección de amor y servicio; fue ejemplar en el modo en el que se entregó a Dios y en su cátedra cotidiana, sobre la fuerza y el sentido de la oración. Si el Papa atrajo y fue seguido, admirado y respetado por tanta gente de todo el mundo, es porque algo tenía, y eso no se debe olvidar», comentó el Nuncio Apostólico.
Es por ello -como continuó Mons. Pierre- que Juan Pablo II es un Papa que dejó huella: «Juan Pablo II dejó una huella muy profunda en la memoria de millones de mexicanos que pertenecieron a varias generaciones», la cual hoy se ha hecho latente con la peregrinación de sus reliquias por la Arquidiócesis de México, llevada a cabo recientemente en la jurisdicción eclesial (ver noticia anterior).
Asimismo, se refirió al milagro de la curación de la costarricense Floribeth Mora, atribuido a la mediación del beato, y que abrió el camino a la canonización del Pontífice polaco, señalando que «es tan solo uno de los tantos milagros que se han reportado en todo el mundo», y que son testimonio de su santidad.
Juan Pablo II visitó México en cinco oportunidades. Su primer viaje ocurrió en 1979, luego repitió en 1990, 1993 y 1999. Su último recorrido por el país latinoamericano ocurrió en el 2002, año en el que presidió la ceremonia de canonización de San Juan Diego, acontecimiento que celebrado en la Basílica de Guadalupe.
Con información de SIAME.
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