Bogotá (Miércoles, 23-04-2014, Gaudium Press) Una devoción especial se empezó a esparcir por el mundo en 1930 gracias al diario y a la actividad de una joven monja polaca. Durante muchas de las apariciones realizadas por Jesús a Santa María Faustina Kowalska, él le pidió en repetidas ocasiones que se dedicara el segundo domingo de Pascua a la Divina Misericordia.
Chiesa Santo Spirito in Sassia acoge a los cientos de devocionarios que visitan el Santuario en honor a La Diviana Misericorida / Foto: Sonia Trujillo |
En 600 páginas que relatan las revelaciones de Jesús Misericordioso, se recuerda lo enseñado desde tiempos inmemorables. Sin embargo, para esta ocasión el llamado por parte de Jesús de la Misericordia, se hace a través de un enfoque mucho más profundo: «Dios es misericordioso y perdona y nosotros también debemos ser misericordiosos y debemos perdonar».
Básicamente, el mensaje de la Misericordia transmitido a través de Sor Faustina, es que «Dios nos ama a todos» sin importar cuan grandes sean nuestras culpas y pecados; acercándonos y confiando más en este amor, podemos recibir su gozo y su Misericordia.
El mensaje escrito en el diario de Sor Faustina, es tan fácil de recordar como el ABC:
A- El hombre debe pedir la Misericordia de Dios: Dios quiere que nos acerquemos a Él por medio de la oración y el arrepentimiento de nuestros pecados, pidiendo que derrame su Misericordia sobre nosotros.
B- Sé misericordioso: Dios quiere que recibamos su Misericordia y que por medio de nosotros sea esparcida a los demás.
C- Confía completamente en Jesús: Mientras más confiemos en Jesús, mayor será su Misericordia.
«Y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a mi Misericordia» (Diario, 723). Existe una concordancia total entre los escritos de Sor Faustina y las Sagradas Escrituras.
Desde siempre, Dios ha pedido al mundo que sea misericordioso como él lo fue; es así como el Señor le habla estrictamente a Sor Faustina en una de sus apariciones: «Exijo de ti obras de Misericordia que deben surgir del amor hacia Mí. Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte» (Diario 742).
La total devoción a la Divina Misericordia requiere de una total entrega a Dios, confiar plenamente en Él, en aceptar su misericordia y en ser más misericordioso.
Día de la institución
El Cardenal Macharski de Cracovia -desde cuya diócesis se esparció la devoción- fue uno de los patrocinadores de Sor Faustina para que, atendiendo a su pedido, se tuviera el segundo Domingo de pascua como el día de la Divina Misericordia.
El 11 de abril de 1999, el Cardenal Angelini Fiorenzo, celebró en la Basílica de San Pedro en Roma por primera vez la fiesta a la Divina Misericordia. Un año después y por indicaciones explícitas del Papa Juan Pablo II, el 23 de mayo de 2000, se instituyó la fiesta a la Divina Misericordia.
«Segundo domingo de pascua» o de la «Divina Misericordia», es la denominación oficial que se ha decretado para este día litúrgico.
«En todo el mundo, el segundo domingo de Pascua recibirá el nombre de domingo de la Divina Misericordia. Una invitación perenne para el mundo cristiano a afrontar, con confianza en la benevolencia divina, las dificultades y las pruebas que esperan al género humano en los años venideros», anunció Juan Pablo II durante la canonización de Sor Faustina Kowalska.
Santuarios a la Divina Misericordia en el mundo
Muchos de los países y ciudades del mundo, han construido algunas piezas arquitectónicas en honor a la Divina Misericordia. Polonia, México, Filipinas, Estados Unidos, España, entre otros, han edificado Santuarios alusivos al mensaje dejado por Jesús de la Misericordia a Sor Faustina.
Uno de estos Santuarios, tal vez el más importante, se encuentra en Roma. La Chiesa Santo Spirito in Sassia, es el nombre de una basílica del siglo XII, que es hoy la sede oficial de la devoción a Jesús de la Divina Misericordia en la Ciudad Eterna.
Ésta, la iglesia del Espíritu Santo, fue construida inicialmente para atender las necesidades espirituales del Hospital de la Hermandad. Siglos después, dicha iglesia también asumió el nombre de «Santuario de la Divina Misericordia» y desde ese entonces, se le conoce como uno de los Santuarios principales que expresan y recuerdan el legado de la Divina Misericordia.
Con la información de ACI Prensa, Catholic.net y EWTN
Gaudium Press/ Guadalupe Beltran
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