Ciudad del Vaticano (Viernes, 25-04-2014, Gaudium Press) Encargado de supervisar la operación que salvó la vida del Papa Juan Pablo II, después de haber sufrido el atentado en 1981, en el Hospital Gemelli -además de haberlo acompañado en sus últimos momentos en 2005-, el médico Rodolfo Proietti afirmó que el Santo Padre, en la época, había recuperado su forma física casi perfectamente.
Instante en que Juan Pablo II sufrió el atentado de 1981. |
«Recuerdo que él siempre decía a los médicos: ‘yo confío en su competencia y en la providencia divina'», contó.
Rodolfo afirmó en un reportaje de Rome Reports que era muy difícil tratar a Juan Pablo II como un paciente más, «porque él quería saber exactamente de todo. El por qué, cómo (…) quería decir sus últimas palabras».
El médico explicó también que una de las decisiones más difíciles que debió tomar fue la de realizarle al Pontífice una traqueotomía.
«El fonoaudiólogo dijo: ‘mira, una pequeña intervención de Santidad’. Y él dijo: ‘Es para vos que haces eso, no para mí que estoy sufriendo’. Y después, nos preguntó si podríamos hablar de nuevo.
«Con la traqueotomía, usted puede hablar, pero allí el problema era diferente. Fue una intervención paliativa, porque, al final, él no tendría fuerzas para hablar».
Rodolfo Proietti comentó a su equipo médico que el Santo Padre fue un ejemplo de fuerza de voluntad y determinación. Para él, su voz era un instrumento de trabajo fundamental, porque permitía al Pontífice comunicar su misión y salir al encuentro de los demás. Objetivo este que cumplió hasta el último momento. (LMI)
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