Cracovia (Lunes, 28-04-2014, Gaudium Press) El hecho de que la mayoría de polacos no pudiera viajar a la Plaza de San Pedro en el Vaticano no aminoró el fuerte sentido de comunión y unidad en torno a la histórica canonización de San Juan Pablo II y San Juan XXIII. Gracias a la tecnología, las plazas públicas, templos y Santuarios de todo el país congregaron a los fieles, quienes participaron con atención en la celebración pontificia.
Los fieles participaron masivamente en las celebraciones realizadas en todo el país. En la imagen, la celebración en el Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia – Lagiewniki. Foto: Adam Wojnar / Niedziela. |
Según registró la agencia polaca KAI, los pilares de la celebración fueron la transmisión en directo desde el Vaticano y las Eucaristías celebradas en todo el país, a las que asistieron masivamente los fieles católicos. En Varsovia, la Eucaristía campal comenzó con el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia y las Santas Misas parroquiales de la tarde tenían todas la intención de agradecer el don de la canonización de San Juan Pablo II.
En el Santuario de Jasna Gora se realizó un evento de oración en unión con Roma y se celebró la Eucaristía de manera simultánea con la presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Como acontecimiento especial, participaron en esta celebración los católicos griegos ucranianos. En la Capilla de Nuestra Señora en este Santuario los fieles realizaron una especial oración de acción de gracias, ya que en este lugar se conservan los obsequios ofrecidos por el Pontífice a la Madre de Dios, entre ellos la Rosa de Oro, y la corona donada por el Santo Papa a la Virgen un día antes de su fallecimiento.
El Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia – Lagiewniki, más de cien mil peregrinos, no sólo polacos, se congregaron para participar espiritualmente en el acontecimiento. Inmediatamente concluido el rito de canonización en la Plaza de San Pedro, el Obispo Mons. Jan Zajac dio inicio a la Solemne Eucaristía, en la cual manifestó su alegría por la canonización. «Santa Faustina y el recién declarado San Juan Pablo II el Grande nos llevan a Jesús Misericordioso», expresó en su homilía. «Estamos en la fuente de la Misericordia, hemos llegado con fe a la Eucaristía».
Por su parte el Obispo Damian Muskus, quien presidió la Eucaristía de la víspera en el Santuario, afirmó que este hecho debería ser para los católicos polacos la oportunidad de encaminar la vida con decisión hacia Dios. «Dejemos que este momento, este día tan especial se convierta en un punto de inflexión», exhortó el prelado. «Que sea el inicio de la recolección de méritos para el cielo, de ganar méritos para nuestra santidad».
Con información de KAI.
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