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Ciudad del Vaticano (Martes, 29-04-2014, Gaudium Press) El Papa Francisco, ante millones de personas que se unieron a la ceremonia de canonización en todo el mundo, describió a San Juan Pablo II como el «Papa de la Familia». Un día después, el Cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro, quien presidió la Eucaristía de acción de gracias por la canonización del Santo Papa polaco (ver noticia anterior), dedicó su homilía a profundizar en el legado del Pontífice sobre este tema de gran actualidad e importancia.
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| Miles de peregrinos participaron en la Eucaristía de acción de gracias en la Plaza de San Pedro. Foto: Mazur/catholicnews.org.uk |
«Estamos aquí hoy para dar gracias, pero especialmente para aceptar la herencia y el ejemplo de su fe valiente», expresó el Card. Comastri sobre San Juan Pablo II. En su predicación, divulgada por CNS, el purpurado insistió sobre la importancia de imitar, más que aplaudir, las virtudes del Santo, quien «tuvo el coraje de defender la familia, la cual es un proyecto de Dios escrito en palabras claras en el libro de la vida».
Según expuso el Arcipreste, San Juan Pablo II tuvo que dar testimonio en contra de la corriente: «Él defendió la familia en un tiempo cuando la confusión y la agresión pública contra la familia se extendían en un intento insensato de escribir un anti-Génesis», afirmó. Este «anti-Génesis» estaría relacionado a la negación de los principios básicos dispuestos por Dios en la Creación para la transmisión de la vida humana en la unión de los esposos.
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| El Cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro, presidió la Eucaristía. Foto: Mazur/catholicnews.org.uk |
El Card. Comastri destacó la célebre Carta Encíclica del Santo Pontífice «Familiaris Consortio», dedicada por completo al tema de la familia en el mundo actual. En este documento San Juan Pablo II advirtió sobre «numerosas fuerzas que intentan destruirla o al menos deformarla». Dichos intentos, recordó, afectan gravemente a las personas y las sociedades. Por este motivo, «sintió que su misión más urgente era proclamar a todos el plan de Dios para el matrimonio y la familia», afirmó, «el cual es el único camino que dará dignidad a la familia y verdad al amor y futuro de los esposos y sus hijos».
Una anécdota recordada por el purpurado ilustra este compromiso. En 1994, San Juan Pablo II sufrió una caída que le produjo una rotura en una pierna y ocasionó una cirugía de reemplazo de cadera. Sobre este hecho, padecido en el que fue declarado «Año Internacional de la Familia» por las Naciones Unidas, el Santo expresó que veía este sufrimiento como venido de Dios, como una oportunidad de ofrecerse «porque la familia está amenazada, la familia está siendo atacada».
Finalmente, el Cardenal Comastri recordó la notable lucha de San Juan Pablo II en favor del respeto de «toda vida humana en un tiempo en que la ‘cultura de lo desechable’, como la llama el Papa Francisco, se extendía». El purpurado recordó la actualidad de este testimonio, cuando las personas «están hambrientos de amor», pero a la vez «los más débiles están siendo dejados de lado porque los egoístas los ven como una carga».
Con información de Catholic News Service.
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